Accidente nuclear de Fukushima Daiichi

El 11 de marzo de 2011, el Japón se vio sacudido por el que se conocería como el gran terremoto del Japón oriental (Tohoku), tras el cual un tsunami trajo consigo olas de más de 10 metros de altura. Si sumamos el impacto y las repercusiones de ambos, el terremoto y el tsunami causaron muchas muertes y gran devastación en el Japón nororiental.

El 11 de marzo de 2011, el Japón se vio sacudido por el que se conocería como el gran terremoto del Japón oriental (Tohoku), tras el cual un tsunami trajo consigo olas de más de 10 metros de altura. Si sumamos el impacto y las repercusiones de ambos, el terremoto y el tsunami causaron muchas muertes y gran devastación en el Japón nororiental.

Aproximadamente a las 8.15, hora de Viena, el Centro de Respuesta a Incidentes y Emergencias (IEC) del OIEA recibió información del Centro Internacional de Seguridad Sísmica sobre un terremoto de magnitud 9,0 en las inmediaciones de la costa oriental de Honshu, la principal isla del Japón.

A continuación, se produjo un accidente en la central nuclear de Fukushima Daiichi, finalmente considerado de nivel 7 —accidente grave— conforme a la Escala Internacional de Sucesos Nucleares y Radiológicos. En los días inmediatamente posteriores al accidente, el OIEA estableció grupos para evaluar elementos clave de la seguridad nuclear y valorar los niveles radiológicos.

Los Laboratorios del OIEA examinaron los datos ambientales proporcionados por las autoridades japonesas sobre la monitorización del medio marino, y recibieron también muestras del medio terrestre para realizar un análisis independiente, a fin de examinar y evaluar los niveles de radiación. El OIEA publicó actualizaciones diarias en su sitio web para ofrecer información a sus Estados Miembros y al público sobre las medidas adoptadas poco después del accidente.

En septiembre de 2011, el OIEA había desarrollado el Plan de Acción sobre Seguridad Nuclear (Plan de Acción), aprobado por los Estados Miembros del OIEA, en el que se definía un programa de trabajo para fortalecer el marco de seguridad nuclear mundial en respuesta al accidente. Además del Plan de Acción, se ha realizado una gran labor en todo el mundo para reforzar la seguridad nuclear.

Mediante iniciativas como las pruebas de resistencia de Europa, la adopción de la Declaración de Viena sobre la Seguridad Nuclear de conformidad con los objetivos de la Convención sobre Seguridad Nuclear, así como múltiples iniciativas nacionales y regionales, se han desarrollado y aplicado numerosas mejoras en seguridad.

Las actividades destinadas a poner en práctica el Plan de Acción se incorporaron al informe sobre el accidente de Fukushima Daiichi de 2015 y los cinco volúmenes técnicos que lo acompañan. En esa publicación se abordaron las causas y consecuencias del accidente y se dio a conocer de manera exhaustiva qué ocurrió y por qué, así como las enseñanzas extraídas. En ella se analiza el accidente propiamente dicho, la preparación y respuesta para casos de emergencia, las consecuencias radiológicas del accidente, la recuperación después del accidente y las actividades del OIEA tras él. Se adoptaron medidas tanto en el Japón como a nivel internacional.

Desde 2013, el OIEA ha encabezado cinco misiones internacionales de examen por homólogos sobre la Hoja de Ruta a Largo y Mediano Plazo con respecto a la Clausura de la Central Nuclear de Fukushima Daiichi. Asimismo, sigue prestando asistencia al gobierno de la prefectura de Fukushima en cuanto a monitorización radiológica y rehabilitación. En el marco del proyecto trienal titulado “Monitorización marina: fomento de la confianza y la garantía de calidad de los datos”, el OIEA, a través de sus Laboratorios para el Medio Ambiente, ayuda al Gobierno del Japón a hacer que el Plan de Monitorización de la Zona Marina sea exhaustivo, creíble y transparente. Estas misiones se centran en el progreso, los logros, los desafíos y las actividades de rehabilitación ambiental que tienen lugar en zonas fuera del emplazamiento afectadas por el accidente. La información sobre esta forma de apoyo puede consultarse aquí.

Mediante un conjunto de medidas técnicas, el OIEA verifica asimismo que los Estados cumplan sus obligaciones jurídicas internacionales de utilizar el material y la tecnología nucleares exclusivamente con fines pacíficos. Este proceso se conoce como salvaguardias nucleares. El accidente en el emplazamiento de Fukushima Daiichi supuso un singular desafío para el cumplimiento de ese mandato. Tras el accidente, el OIEA estableció un nuevo enfoque y desarrolló tecnologías innovadoras para volver a verificar que, una vez disponible, el material nuclear recuperado no se desvía hacia fines militares. Asimismo, aplica medidas de vigilancia óptica y radiológica acompañadas de inspecciones con breve preaviso y actividades de acceso complementario en relación con el material nuclear inaccesible. Dado que las instalaciones todavía se han de clausurar y que sigue habiendo presencia de material nuclear, el OIEA tendrá que aplicar salvaguardias en el emplazamiento de Fukushima Daiichi durante bastante tiempo.

El OIEA refuerza e incrementa continuamente sus misiones de examen por homólogos y de asesoramiento para los Estados Miembros, que se llevan a cabo cuando estos lo solicitan. Las normas de seguridad del OIEA también se han examinado y, cuando procedía, revisado. Todo ello, además de otras medidas como el Plan de Acción sobre Seguridad Nuclear, son contribuciones importantes del OIEA para seguir reforzando la seguridad nuclear en todo el mundo tras el accidente de Fukushima Daiichi.

Tras anunciar su política básica en abril de 2021 para descargar el agua tratada desde la central nuclear de Fukushima Daiichi hasta el mar, el Gobierno del Japón solicitó asistencia al OIEA para examinar los planes y las actividades del país.

La asistencia del OIEA abordará aspectos de seguridad por lo que respecta a la manipulación del agua almacenada en la central nuclear de Fukushima Daiichi —relacionados con la seguridad radiológica del público y del medio ambiente—, así como la transparencia. El examen se realizará conforme a normas internacionales de seguridad, que son una referencia mundial para la protección de las personas y del medio ambiente y contribuyen a lograr un nivel de seguridad elevado y armonizado en todo el mundo.

El 8 de julio de 2021, el OIEA y el Japón acordaron el alcance de la asistencia que prestará el Organismo. La firma del mandato constituye un paso importante, pues en ese documento se establece un marco amplio sobre cómo examinará el OIEA los planes y las actividades del Japón relacionados con la descarga de agua.

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