La protección radiológica de los pacientes en los procedimientos terapéuticos de medicina nuclear

» ¿Qué información debe solicitarse al paciente antes de administrar un radiofármaco? 

Antes de aplicar un tratamiento, la identidad de los pacientes debe corroborarse con arreglo a las normas ordinarias del hospital. Además, debe someterse a los pacientes a una anamnesis con el fin de no pasar por alto información indispensable para una aplicación segura del tratamiento. Durante la anamnesis deberían abordarse temas como embarazo, lactancia, incontinencia, náuseas, tipo de trabajo, utilización del transporte público y condiciones de vida. En función de la información que los pacientes proporcionen, deben definirse los detalles de la administración del tratamiento y las restricciones que deben observarse en la vida cotidiana para reducir la exposición de las demás personas a la radiación.

Si se prevé que un paciente no podrá llevar a cabo sus actividades cotidianas, que se sentirá aturdido, que cursará con incontinencia urinaria, con náuseas o vómitos, o que presentará otras enfermedades que puedan complicar la manera en la que sobrelleva el período posterior al tratamiento, los responsables del departamento de medicina nuclear y el oficial de protección radiológica deben informar de ello a los pacientes y formular recomendaciones. Las pruebas analíticas en las que sea necesario tomar muestras de orina o de sangre deben hacerse antes de que se administre el tratamiento.

Explicar el tratamiento a los pacientes de manera oral y por escrito resulta útil para que entiendan el tipo de atención que se les proporcionará y los riesgos de interés para ellos y las demás personas. Compete a los médicos hacerse cargo de ello y analizar la cuestión en detalle con los pacientes. Además, el procedimiento debe constar en la historia clínica del paciente. A continuación se muestran ejemplos de material informativo para pacientes que puede utilizarse al administrar tratamientos con 131I.

Tarjeta con instrucciones para los pacientes (antes del tratamiento)

Tratamiento con 131I: ¿En qué consiste?

¿Qué utilidad tiene el tratamiento con 131I?

! Mediante el tratamiento con 131I se detectan y atienden las regiones en las que hay restos de tejido tiroideo o tumoral.

¿Es necesario observar algún tipo de preparativo?

! Al menos durante el mes previo a la administración del tratamiento con 131I, los pacientes no deben haber consumido preparados que contengan yodo (por ejemplo, algunos comprimidos vitamínicos, remedios contra la tos y comprimidos preparados a base de algas) ni se les deben haber aplicado los medios de contraste con yodo que se utilizan en estudios radiológicos como las angiografías y las tomografías computarizadas.

! Deberá suspenderse la administración de medicamentos que contengan hormonas tiroideas durante aproximadamente las 6 semanas previas al tratamiento. Cada médico se encargará de dar las indicaciones correspondientes.

! Además, es necesario que el día de la administración del tratamiento con 131I los pacientes se hagan determinados análisis de sangre por la mañana (con el fin de comprobar si el tejido tiroideo residual está adecuadamente estimulado y, en el caso de las mujeres en edad fértil, debe hacerse una prueba para determinar si están embarazadas). Cada médico se encargará de solicitar los estudios correspondientes.

! El tratamiento con 131I se aplica en régimen de hospitalización, por lo que se dispondrán camas para los pacientes.

¡Muy importante!

Si usted está embarazada o pudiera estarlo, o está amamantando, debe comunicarlo al personal antes de que se le aplique el tratamiento. Además, no debe embarazarse hasta que hayan transcurrido al menos 6 meses desde el tratamiento con 131I.

¿Qué implica un tratamiento con 131I ?

! Los pacientes permanecerán ingresados en una habitación individual. En algunas ocasiones, previo al tratamiento con 131I se administra un medicamento para evitar posibles náuseas.

! Un médico y un técnico del departamento de medicina nuclear visitarán al paciente para administrarle el medicamento. El médico comprobará algunos detalles (como la fecha de la cirugía y los resultados de todos los análisis de sangre que se hayan hecho al paciente).

! Posteriormente, se le pedirá al paciente que trague una cápsula que contiene el yodo 131. El radioisótopo se acumula en las zonas en las que hay tejido tiroideo y las destruye.

! El 131I causa muy pocos efectos secundarios. Durante los primeros días el paciente podría sentir algunas molestias leves en el cuello. Es poco probable que se presenten otras molestias, pero los pacientes deben permanecer en una habitación de aislamiento por un promedio de cuatro días.

! La finalidad del aislamiento es limitar la cantidad de radiación a la que se expone a las demás personas. A los pacientes se les darán indicaciones sobre algunas precauciones sencillas que deben tomar.

! El responsable de protección radiológica del hospital medirá el nivel de radiactividad del paciente y decidirá el momento en el que se le puede dar el alta hospitalaria (por lo general, tres días después del ingreso).

! Antes de recibir el alta, se trasladará al paciente al departamento de medicina nuclear donde se tomarán imágenes anatómicas desde varios ángulos. Podría ocurrir que sea necesario tomar otras proyecciones más adelante.

! Al momento de recibir el alta hospitalaria el paciente recibirá indicaciones sobre algunas precauciones sencillas que debe tomar durante al menos los siguientes siete días. También se le pondrá en conocimiento de todas las precauciones complementarias que deban observar.

1 Evitar estar en contacto directo o prolongado con embarazadas o niños muy pequeños. Como referencia, deben permanecer alejados de los demás a una distancia mayor a la longitud de un brazo.

2 Abstenerse de hacer viajes innecesarios en transporte público y de asistir a espectáculos públicos (podría ocurrir que se sentara al lado de una embarazada).

3 Tirar de la cadena dos veces cada vez que usen el inodoro y lavarse las manos con abundante agua.

4 No ir a trabajar si ello supone estar en contacto prolongado con otras personas.

5 De ser posible, dormir solos en una cama individual en caso de que su pareja tenga menos de 50 años de edad.

6 Lavarse las manos cuidadosamente antes de preparar alimentos. No comparta los cubiertos con los demás miembros de su familia y absténgase de llevar a cabo actividades en las que pueda producirse un intercambio de saliva (por ejemplo, besarse).

7 En caso de que los pacientes sean hospitalizados durante las cuatro semanas posteriores a la administración del tratamiento, asegurarse de que el departamento de medicina nuclear sea notificado de ello.

 

Tarjeta con instrucciones para los pacientes (después del tratamiento)

A continuación se muestra un ejemplo de una tarjeta informativa que se debe proporcionar a los pacientes cuando se les da el alta hospitalaria y que estos deben llevar consigo en todo momento durante el tiempo que el hospital se lo recomiende (por lo general, un máximo de 4 semanas).

El paciente debe llevar consigo esta tarjeta en todo momento hasta el (fecha)

Nombre del paciente:

Dirección:

Hospital en el que recibe tratamiento:

Número de expediente en el hospital:

Médico responsable del paciente:

Radionucleido y forma farmacéutica:

Actividad:

Fecha de administración:

En caso de emergencia, sírvase ponerse en contacto con:

Teléfono: 
(datos del médico responsable)

Instrucciones para el paciente:

  1. Evitar todo tipo de contacto estrecho con niños o embarazadas hasta el (fecha).
  2. Abstenerse de estar en contacto estrecho y prolongado con niños o embarazadas hasta el (fecha).
  3. Evitar el contacto personal y prolongado con los adultos de su domicilio hasta el (fecha).
  4. Abstenerse de estar en contacto estrecho, personal y prolongado con los adultos que no vivan en su domicilio hasta el (fecha).
  5. Puede reincorporarse a su trabajo el (fecha).
  6. No duerma con otro adulto en la misma cama hasta el (fecha).

 Firma:
(médico responsable del paciente)                                       

Fecha:

» ¿Cómo puede determinarse la dosis absorbida que se aplica a los órganos objeto de tratamiento?

Con frecuencia esos datos no pueden calcularse con facilidad para cada uno de los pacientes. Para calcular la dosis absorbida en el órgano objeto de tratamiento debe contarse con determinada información, por ejemplo, la actividad administrada, la cuantificación de la absorción de la persona, otros datos biocinéticos y la masa del tejido o de los órganos objeto de tratamiento. Estos cálculos pueden hacerse por medio del método del Comité sobre dosis médica de radiación interna (MIRD) o el de la Comisión Internacional de Protección Radiológica (ICRP). Ese tipo de dosimetría clínica debe estar a cargo de personal cualificado, como un físico médico.

» En los casos en que el médico remitente indica la dosis absorbida que debe aplicarse a la tiroides, ¿cómo se determina la actividad que debe administrarse?

Personal cualificado debe hacer los cálculos.

Para determinar los datos biocinéticos de cada paciente es necesario administrar una pequeña cantidad de 131I y, posteriormente, cuantificar la absorción en distintos tiempos. El volumen del órgano puede calcularse utilizando alguna de las diversas técnicas de obtención de imágenes, por ejemplo, gammacámara o ecografía. Esas mediciones deben proporcionar suficiente información para determinar la actividad que debe administrarse al paciente con el fin de llegar a la dosis de radiación absorbida que se prescribió. Este ámbito es objeto de amplias investigaciones debido a las distintas técnicas y fármacos que pueden utilizarse para obtener imágenes, por lo que en la literatura científica puede encontrarse información sobre los métodos más actuales.

» ¿Qué riesgos radiológicos suponen los pacientes que reciben el alta hospitalaria para sus familiares y cuidadores?

Después de recibir el alta hospitalaria, los pacientes suelen ser independientes y capaces de llevar una vida normal. Sin embargo, en algunos casos podría ocurrir que los pacientes necesiten atención y ayuda para llevar a cabo actividades cotidianas, como desplazarse y alimentarse. Corresponde a la familia del paciente o a un cuidador externo, por ejemplo, un enfermero de la comunidad, prestar esa asistencia.

Los organismos internacionales como el OIEA y la ICRP proporcionan orientación sobre los límites para las dosis de radiación que puede recibir el personal que trabaja con radiaciones y el público en general. En el marco de esos límites hay previsiones referentes a ese tipo de situaciones. La ICRP establece que la exposición médica se refiere exclusivamente a la exposición a la que se someten las personas como parte de los procedimientos diagnósticos o terapéuticos de los que son objeto, y a otros tipos de exposición a la que se someten de manera consciente y voluntaria las personas que se encargan de asistir y reconfortar a los pacientes objeto de los procedimientos.

Además, el OIEA dispone que la dosis efectiva que reciban los visitantes (es decir, los cuidadores y la familia) no debería superar los 5 mSv durante el período que el paciente permanece en tratamiento. En el caso de los niños, el nivel debe ser menor a 1 mSv/año.
Los distintos criterios nacionales e internacionales para las altas hospitalarias se diseñan para dar cumplimiento a esas recomendaciones.

» ¿Qué procedimiento debe seguirse en caso de fallecimiento de un paciente que se sometió a tratamiento radioisotópico?

Cuando el paciente recibe el alta hospitalaria, el establecimiento en el que recibió tratamiento debe facilitarle una pequeña tarjeta en la que figuren detalles sobre el tratamiento y los datos de contacto de un oficial de protección radiológica a quien pueda consultarse en caso de emergencia.

En algunos casos, especialmente por lo que se refiere a cuidados paliativos, los pacientes pueden morir poco tiempo después de haber recibido tratamiento. Todo lo referente al embalsamamiento, el entierro o la cremación del cadáver, y la realización de autopsias es motivo de preocupación. En varios países hay reglamentos nacionales, aunque algunos están un poco desactualizados, que abarcan estos aspectos de forma parcial o total, pero no existen recomendaciones que gocen de aprobación unánime en el plano internacional. La práctica suele orientarse por una combinación de costumbres, recomendaciones profesionales y reglamentación nacional.

En algunos países las autoridades establecen límites para la radiactividad que puede transmitir el cadáver antes de que se le embalsame, entierre o creme. En el caso de los pacientes que mueren unos pocos meses después de haber recibido tratamiento, se debe consultar al oficial de protección radiológica del establecimiento en el que se trató para determinar la cantidad de radiación que permanece en el paciente. No es necesario adoptar precauciones especiales siempre y cuando la actividad remanente no exceda los límites establecidos por el país. Si fuera el caso o si en el país no se han definido límites, el oficial de protección radiológica debe definir las precauciones contra la radiación que deberán observarse. Estas deben formularse sobre la base de los límites de dosis, de una valoración general de seguridad centrada en si es necesario hacer mediciones de radiación en el personal que efectúa los procedimientos o las instalaciones en las que se llevan a cabo, y de la necesidad de reducir al mínimo la exposición a radiación para las personas externas y la posibilidad de que se haya producido contaminación.

Cabe señalar que puede haber diferencias considerables entre los países y que se recomienda definir un enfoque que sea coherente con la normativa local. Además, puede ser necesario tener en cuenta la evolución de la práctica reglamentaria, en especial por lo que se refiere a los límites y restricciones a las dosis que se hayan fijado después de haber definido los límites de radiactividad.

Si desea obtener información complementaria, sírvase consultar:

» ¿Activará el paciente a su paso alarmas de seguridad en los aeropuertos u otros espacios públicos?

Puede ocurrir que como parte de las medidas internacionales de seguridad vigentes, por ejemplo, las que se aplican en aeropuertos y pasos fronterizos, haya detectores de radiación extraordinariamente sensibles. Es muy posible que los pacientes que hayan recibido tratamiento con radionucleidos que emiten rayos gamma activen las alarmas, sobre todo inmediatamente después de haber recibido el alta hospitalaria. El hecho de que suenen las alarmas no significa que los pacientes emitan niveles de radiación peligrosos. Los detectores están diseñados para detectar niveles de radiactividad mucho menores a los que representan un riesgo para la salud de las personas. Por ejemplo, los aparatos pueden detectar 0,01 MBq de 131I a una distancia de 2 m a 3 m. Ese valor es tan solo una pequeña fracción de los niveles que se recomienda tener en cuenta para dar el alta hospitalaria a un paciente.

Las autoridades de seguridad radiológica tienen pleno conocimiento de que algo así puede ocurrir, por lo que, si hay alguna posibilidad de que un paciente viaje poco después de recibir el alta hospitalaria, el hospital o el médico responsable debe proporcionarle un documento por escrito en el que figuren el tratamiento y el radionucleido administrado para que el paciente lo lleve consigo. Por lo general el personal de seguridad no está capacitado para afrontar ese tipo de situaciones, por lo que se le debe recomendar a los pacientes que se abstengan de viajar o que, si el viaje es impostergable, se preparen para sufrir algunas contrariedades.

» Ejemplo de accidente

Se remitió a un paciente que presentaba enfermedad de Graves-Basedow para que se le administrara tratamiento con 555 MBq de 131I. El radiofarmacéutico supuso que tenía que administrar una actividad de 1073 MBq en lugar de 555 MBq, dado que 1073 MBq es la actividad que de manera habitual se utilizaba en ese hospital como tratamiento para la enfermedad de Graves. Por consiguiente, solicitó a una radiofarmacia comercial que le facilitara una actividad de 1073 MBq. Se envió una actividad de 1058 MBq. Cuando el radiofarmacéutico registró en la computadora la actividad después de haberla medido con un activímetro, no se percató de que el médico remitente había prescrito únicamente 550 MBq. Además, el médico que aplicó el radionucleido tampoco cotejó la receta. Como resultado, la tiroides del paciente absorbió una dosis de aproximadamente 319 Gy en lugar de los 167 Gy previstos, lo que supone una sobredosis del 91 %.

Si desea obtener información complementaria, sírvase consultar:

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