Cada vez cobra mayor importancia para los Estados Miembros el buen funcionamiento del mercado internacional de combustible nuclear. Si bien es sabido que este sigue funcionando con eficiencia y eficacia, los países que utilizan energía nucleoeléctrica, o que consideran la posibilidad de añadirla a su canasta energética, necesitan también confianza en que podrán obtener combustible nuclear de forma segura y previsible.