Evaluación de los efectos en la salud

La econutrición integra los factores ambientales y la salud humana y se centra en particular en las interacciones entre los ámbitos de la agricultura, la ecología y la nutrición humana. Comprende enfoques basados en los alimentos para mejorar la calidad de la dieta y su diversificación.

Un amplio segmento de la población de los países de ingresos medianos y bajos sigue viviendo en medios que se caracterizan por deficientes condiciones en materia de agua, saneamiento e higiene, que contribuyen al retraso del crecimiento. El mecanismo por el que un medio ambiente sucio afecta el crecimiento infantil es a través de la modificación adversa de la integridad intestinal, con el resultado de la posibilidad de que los nutrientes no se absorban o utilicen de manera óptima para el crecimiento y otras funciones.  Esta alteración se denomina enteropatía ambiental o enteropatía tropical y está relacionada con la presencia de bacterias intestinales anormales. Asimismo, las malas condiciones de higiene y saneamiento están ligadas a las infecciones por Helicobacter pylori (H. pylori), que afectan a más del 50 % de la población mundial. Esta bacteria se encuentra en el tubo digestivo alto. Puede tener una influencia negativa en la nutrición al afectar la absorción del hierro y el zinc y aumentar la predisposición a enfermedades diarreicas. Además, es una de las causas principales de gastropatías como la gastritis crónica, y aumenta el riesgo de padecer cáncer de estómago.

Otros factores ambientales que afectan negativamente el crecimiento infantil son las toxinas transmitidas por los alimentos, como la aflatoxina, que es una sustancia producida por un hongo presente principalmente en cereales y legumbres y que la madre o los niños pueden consumir en su dieta. Se transfiere al feto a través de la placenta o, al lactante, por la leche materna.

El aumento de la urbanización también supone un cambio en el entorno construido, es decir, en todas las partes físicas del lugar donde vivimos y trabajamos. Esto conlleva una transformación de las prácticas alimenticias y los estilos de vida que se inclinan al consumo de alimentos hipercalóricos y ricos en grasa y a una actividad física reducida, lo que puede causar obesidad, y entraña un aumento del riesgo de sufrir enfermedades no transmisibles.

El OIEA presta apoyo en la aplicación de isótopos estables a fin de mejorar los enfoques basados en los alimentos y evaluar el efecto del medio ambiente sucio, los elementos tóxicos y el cambio de estilo de vida en el estado nutricional y la salud:

• Las pruebas del aliento con carbono 13 son instrumentos no invasivos que permiten medir la función gastrointestinal y la capacidad de absorción del intestino para diagnosticar un funcionamiento anómalo relacionado con la enteropatía ambiental.
• La prueba del aliento con urea se emplea para detectar la infección por Helicobacter pylori (H. pylori).
• Las técnicas de isótopos estables miden la absorción y retención de la provitamina A, el hierro y el cinc procedentes de alimentos enriquecidos o bioenriquecidos (acumulación de mayor cantidad de minerales y vitaminas durante el crecimiento de las plantas) o de dietas mixtas, y la biodisponibilidad de las proteínas de origen vegetal. Por lo tanto, son útiles para diseñar y evaluar estrategias de diversificación alimentaria.
• Las mediciones exactas de los cambios en la composición corporal (masa magra y grasa) y el gasto energético total se pueden utilizar para fundamentar el diseño y la mejora de las intervenciones sobre el estilo de vida encaminadas a prevenir y controlar la obesidad y los riesgos para la salud conexos.
• Se puede evaluar el efecto de elementos tóxicos como la aflatoxina en la composición corporal.

El principio de la prueba del aliento de urea con carbono 13

Utilización de técnicas nucleares para detectar la infección por Helicobacter pylori:

• El paciente bebe urea marcada con un isótopo estable del carbono (¹³C) diluido en zumo de naranja o ácido cítrico, para asegurar que cubra toda la superficie estomacal y aumentar la exactitud de la prueba.
• La bacteria H. pylori puede sobrevivir en las condiciones de acidez del estómago, porque produce grandes cantidades de la enzima ureasa.
• Cuando la urea marcada con carbono 13 llega al medio ácido del estómago, la ureasa hidroliza la urea para producir dióxido de carbono marcado con carbono 13 (¹³CO₂) y amoniaco (NH₃). El amoniaco ayuda a neutralizar la acidez.
• El CO₂ marcado pasa rápidamente a la sangre y es transportado a los pulmones, desde donde se expulsa en la respiración. El enriquecimiento del CO₂ de la respiración con ¹³C en 30 minutos es una señal de la presencia de H. pylori en el estómago.