Seguridad física nuclear para un futuro sostenible

En mayo de 2024, responsables de la formulación de políticas y expertos de todo el mundo se reunirán con motivo de la Conferencia Internacional sobre Seguridad Física Nuclear: Forjando el Futuro (ICONS 2024), organizada por el OIEA en Viena, para analizar de qué manera la comunidad mundial puede mantener y reforzar colectivamente los progresos realizados en el ámbito de la seguridad física nuclear.

Eventos como la Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2023 (COP28) y la primera Cumbre sobre Energía Nuclear, celebrada en marzo de 2024, son una señal de que la comunidad de la seguridad física nuclear debe centrar su atención en lo que está por venir. La energía nuclear se está convirtiendo en un elemento indispensable de la estrategia mundial para alcanzar los objetivos energéticos y climáticos, lo que conlleva el desafío de facilitar el acceso a las tecnologías pertinentes de forma segura.

Aunque esa siempre ha sido la misión de los profesionales de la seguridad física nuclear, su tarea es ahora más importante que nunca. A medida que se generalizan las aplicaciones y los usos pacíficos de la tecnología nuclear para el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), debemos hacer más hincapié en la seguridad de estas tecnologías y en la mitigación de las amenazas existentes o emergentes.

Facilitar la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible

El punto de encuentro de la seguridad física nuclear con el ODS 7 (Energía asequible y no contaminante) y el ODS 9 (Industria, innovación e infraestructuras) es claro: las evaluaciones nacionales de las amenazas para la seguridad física nuclear y un enfoque de “seguridad física desde el diseño” son esenciales tanto para los programas nucleoeléctricos existentes como para los nuevos que se planifiquen con miras al logro de los ODS.

Al mismo tiempo, la seguridad física nuclear desempeña un papel fundamental en otros ámbitos importantes en los que los vínculos con esta son menos evidentes. Por ejemplo, en las esferas de la agricultura y la salud es necesario aplicar medidas eficaces de seguridad física nuclear para evitar actos dolosos relacionados con los materiales radiactivos o las instalaciones conexas. En el marco de su iniciativa emblemática Rayos de Esperanza, el OIEA ha venido prestando asistencia a países de ingresos medianos y bajos a fin de desarrollar capacidades en la esfera de la medicina radiológica para ofrecer tratamientos contra el cáncer que permiten salvar vidas, con el propósito de promover el ODS 3 (Salud y bienestar). En el marco de Atoms4Food, una iniciativa conjunta con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, el OIEA contribuye a la consecución del ODS 2 (Hambre cero), el ODS 6 (Agua limpia y saneamiento), el ODS 14 (Vida submarina) y el ODS 15 (Vida de ecosistemas terrestres) permitiendo que los países utilicen técnicas isotópicas y nucleares en aras de una agricultura sostenible y climáticamente inteligente, la inocuidad alimentaria y la nutrición.

Estas iniciativas, y otras como NUTEC Plastics y ZODIAC, exigen que los países desarrollen, mantengan y sustenten regímenes integrales de seguridad física nuclear. La dedicada labor de los profesionales de la seguridad física nuclear de todos los rincones del planeta está contribuyendo a los esfuerzos de la comunidad internacional por avanzar colectivamente hacia el logro de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible.

¿Qué es la seguridad física nuclear sostenible?

En esencia, la seguridad física nuclear procura prevenir y detectar actos delictivos o no autorizados relacionados con materiales nucleares y otros materiales radiactivos, así como con las instalaciones y actividades conexas. Los regímenes nacionales de seguridad física nuclear también buscan desarrollar capacidades de respuesta que puedan desplegarse eficazmente cuando se producen tales actos.

Aunque la protección física —armas, puertas y guardias— es sin duda un componente central de la seguridad física nuclear, solo representa una parte del trabajo que se realiza para proteger a la comunidad mundial de las impensables consecuencias de un acto doloso relacionado con materiales nucleares u otros materiales radiactivos.

La seguridad física nuclear va mucho más allá de las vallas que rodean el perímetro de las instalaciones donde se manipulan materiales nucleares u otros materiales radiactivos. Implica el establecimiento de una supervisión reglamentaria eficaz para garantizar que dichos materiales se utilicen, almacenen y transporten de forma segura. Además, supone el desarrollo de una arquitectura de detección robusta y de planes y procedimientos para responder a casos relacionados con materiales que puedan no estar sometidos a control reglamentario.

En nuestro mundo digital cada vez más interconectado, el ámbito de la seguridad física nuclear ha tenido que adaptarse y poner en práctica medidas estrictas de seguridad física de la información y de seguridad informática para prevenir ciberataques contra infraestructuras críticas. Además, en el espíritu de los ODS —en particular el ODS 17 (Alianzas para lograr los Objetivos)—, se requiere una amplia cooperación internacional a fin de garantizar que todos los países puedan crear las capacidades necesarias para establecer y mantener regímenes nacionales de seguridad física nuclear sólidos y sostenibles.

El OIEA, en cuanto principal foro intergubernamental del mundo para la cooperación científica y técnica en el ámbito nuclear, ayuda a los países a cumplir sus responsabilidades nacionales en materia de seguridad física nuclear. El programa de seguridad física nuclear del OIEA se rige en gran medida por un enfoque de evaluación de las necesidades aplicado en cooperación con los países sobre la base de sus autoevaluaciones. El ejemplo más reciente de la aplicación de este enfoque es la apertura del Centro de Capacitación y Demostración en materia de Seguridad Física Nuclear (NSTDC) del OIEA en los laboratorios de Seibersdorf (Austria), en octubre de 2023. El NSTDC proporciona una instalación centralizada de última generación para seguir mejorando la creación de capacidad en el ámbito de la seguridad física nuclear mediante la capacitación práctica y el uso de tecnología y conocimientos especializados avanzados para cubrir esferas que no se habían abordado anteriormente en otras iniciativas internacionales de capacitación. Además, el OIEA sigue manteniéndose al día con las innovaciones científicas, tecnológicas y de ingeniería, perfeccionando cada vez más las herramientas a disposición de los países a través de la ciencia y la investigación.

Ninguno de los servicios destinados a establecer regímenes nacionales de seguridad física nuclear sostenibles sería posible sin las contribuciones voluntarias de los donantes al Fondo de Seguridad Física Nuclear (FSFN), creado en 2002. Las donaciones al FSFN garantizan que estas iniciativas esenciales reciban apoyo financiero y pueden ayudar a los países a prepararse convenientemente para los desafíos relacionados con la seguridad física nuclear en el futuro.

A través de las acciones internacionales colectivas fomentadas por la labor del OIEA en el cumplimiento de su función central de coordinación de la seguridad física nuclear, podemos forjar un futuro sostenible en el que los beneficios de la tecnología nuclear se aprovechen para el bien común y en el que los riesgos se gestionen eficazmente. A medida que la comunidad mundial trabaja para ampliar aún más el acceso a los usos pacíficos de la tecnología nuclear y mantener la confianza pública en ellos en aras de la consecución de los ODS, la seguridad física nuclear debe seguir apuntalando y potenciando los esfuerzos en este sentido.

Las deliberaciones de ICONS 2024 se centrarán en forjar el futuro de la seguridad física nuclear para garantizar que las actividades en este ámbito sigan siendo sostenibles en un mundo en constante cambio y preparar a los profesionales para anticiparse y defenderse de posibles amenazas.