Tenemos que cultivar más alimentos y mejor. Necesitamos que los alimentos sean más nutritivos, que crezcan en lugares más difíciles, que sean más resistentes a los fenómenos meteorológicos extremos y que sean más seguros para el consumo humano.
Hay millones de personas, en todo el mundo, que se acuestan con hambre. Desde 2020, el número de personas que se enfrentan a grandes niveles de inseguridad alimentaria se ha duplicado con creces. Las condiciones climáticas extremas amenazan con arruinar más cosechas, con lo que satisfacer la creciente demanda mundial resultará aún más difícil.
Tenemos los medios para cambiar esta situación. La ciencia nuclear es uno de ellos, pues nos ayuda a desarrollar cultivos más fuertes, sanos, seguros y nutritivos.
El OIEA y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), a través del Centro Conjunto FAO/OIEA de Técnicas Nucleares en la Alimentación y la Agricultura, están desarrollando esos medios y trabajando para que quienes más los necesitan aprendan a aplicarlos.