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Las salvaguardias durante la COVID 19

Megan Porter

Durante la pandemia de COVID‑19, el OIEA fletó vuelos para inspectores y personal técnico por primera vez en su historia. (Fotografía: OIEA).

La pandemia de COVID‑19 afectó a todas las partes del mundo y sus repercusiones trascendieron las preocupaciones inmediatas de la salud pública y los sistemas sanitarios. Durante el período de mayores restricciones causadas por la COVID‑19, el OIEA finalizó casi el mismo número de actividades de verificación que antes de la aparición de la pandemia. Para llevar a cabo su misión, los inspectores y los técnicos del OIEA tuvieron que adaptarse y hacer frente a las siguientes medidas en todo el mundo:

•    Restricciones a los viajes: Debido a las restricciones y cancelaciones de los vuelos comerciales resultó difícil llegar a muchos países, e incluso algunos quedaron completamente inaccesibles, por medio de la aviación comercial. Las medidas relacionadas con la inmigración, como permitir la entrada únicamente a ciudadanos y residentes, también dificultaron la posibilidad de acceder a algunos países.

•    Restricciones dentro de los países: Las restricciones al movimiento de personas y a la disponibilidad de bienes y servicios, como el alojamiento en hoteles, también plantearon desafíos logísticos.

•    Restricciones de acceso a las oficinas y los laboratorios del OIEA: En consonancia con los confinamientos impuestos a nivel nacional, el personal del OIEA en Viena y Seibersdorf (Austria) trabajó desde casa durante varios períodos de 2020 y 2021. Medidas similares se impusieron en las oficinas regionales de salvaguardias del OIEA ubicadas en Tokio y Toronto. Estas restricciones provocaron demoras y plantearon dificultades, sobre todo en lo que respecta a labores que debían llevarse a cabo en un entorno seguro.

•    Restricciones de acceso a instalaciones y emplazamientos: Debido a las restricciones de acceso a instalaciones nucleares y otros lugares resultó difícil finalizar algunas actividades de salvaguardias sobre el terreno.

•    Requisitos en materia de salud y seguridad: El personal estuvo sujeto a la exigencia de guardar cuarentena, utilizar equipo adicional de protección personal (EPP) y someterse a pruebas PCR (reacción en cadena de la polimerasa) obligatorias.

Estas medidas tuvieron consecuencias importantes en la aplicación de las salvaguardias del Organismo y en su capacidad para realizar actividades de verificación sobre el terreno.

Abordar los desafíos

La estrecha colaboración entre los Estados y el OIEA —y especialmente Austria, país anfitrión del OIEA— fue esencial para hacer frente a restricciones a los viajes y obstáculos operativos en constante cambio.

“Al adaptarse a las circunstancias y aplicar soluciones específicas para afrontar situaciones particulares, el OIEA logró mantener su capacidad para extraer conclusiones de salvaguardias independientes y bien fundamentadas”, afirma John Coyne, Jefe de Continuidad de las Actividades de Salvaguardias y Director de la Oficina de Sistemas de Información y Comunicación del OIEA.

Entre las medidas inmediatas adoptadas por el Organismo cabe mencionar la priorización de las actividades de salvaguardias y labores de verificación en las que el tiempo es un factor crítico; el almacenamiento de equipo de salvaguardias y EPP fuera de la Sede del OIEA para garantizar que los inspectores y técnicos pudieran acceder a estos; la creación de una oficina centralizada temporal con un equipo dedicado a examinar y monitorizar cada día las actividades de verificación sobre el terreno, y la facilitación de pruebas PCR con el apoyo de servicios médicos locales antes de los viajes en comisión de servicio y al regreso de estos.

A más largo plazo, el OIEA implantó medidas como las siguientes:

•      Vuelos chárteres: Por primera vez en la historia del Organismo, se fletaron servicios aéreos para transportar a inspectores y personal técnico.

•      Reorientación de la planificación: Se adaptaron los planes anuales de aplicación (PAA), en los que se especifican las actividades de salvaguardias sobre el terreno y en la Sede que se llevarán a cabo con respecto a un Estado, a fin de centrarse en los objetivos de salvaguardias en los que el tiempo es un factor fundamental y que tienen plazos específicos de ejecución.

•      Función de las oficinas regionales de salvaguardias: Gracias a la disponibilidad de personal residente en las oficinas regionales del OIEA en Tokio y Toronto, hubo menos dificultades en la aplicación de salvaguardias en el Japón y el Canadá en comparación con otros países (aproximadamente el 24 % de todas las inspecciones anuales de salvaguardias del OIEA se llevan a cabo en el Canadá y el Japón).

•      Monitorización a distancia: Más de 1700 flujos de datos siguieron proporcionando imágenes de instalaciones de 30 países a la Sede del OIEA en Viena.

•      Desempeño del personal: Los inspectores y el personal técnico del Organismo hicieron esfuerzos extraordinarios para cumplir sus funciones. Por ejemplo, miembros del personal se aislaron durante un período de hasta 14 días antes de empezar su trabajo y se embarcaron en su misión sin saber de antemano cómo ni cuándo regresarían a Viena.

•      Apoyo en la Sede: El personal en la Sede del OIEA también gestionó la logística de los viajes y otros desafíos. Los ingenieros y técnicos de equipo trabajaron para adquirir y suministrar EPP a fin de garantizar la salud y la seguridad, al tiempo que el Laboratorio de Materiales Nucleares (NML) producía desinfectante de manos para paliar la escasez internacional.

Más allá de la COVID 19: continuación de las actividades de verificación

Si bien la pandemia planteó desafíos singulares, el OIEA consiguió llevar a cabo toda su labor crítica de verificación in situ. Esto fue el resultado de un importante ajuste de los procesos y los flujos de trabajo. Han proseguido el análisis de la información y el trabajo de equipo conexo interactivo que realiza el personal del Organismo; se tramitaron los informes y las declaraciones de los países y la retroinformación conexa; se mantuvieron a niveles casi normales la evaluación de los balances de material nuclear y el análisis de muestras ambientales, y el OIEA siguió recopilando, procesando y evaluando otra información de importancia para las salvaguardias, como información de libre acceso.

En 2021, el OIEA efectuó más de 3000 actividades de verificación sobre el terreno y pasó más de 14 600 días sobre el terreno, lo que representa un regreso a la tendencia prepandemia de aumento en las actividades de verificación nuclear sobre el terreno en todo el mundo.

“El OIEA se adaptó satisfactoriamente a las restricciones relacionadas con la COVID‑19 y también pudo completar las actividades de verificación sobre el terreno que se arrastraban de 2020, —señala el Sr. Coyne—. Si bien en algunos países se siguen aplicando restricciones a los viajes, incluidas las exigencias de guardar cuarentena, el Organismo aumentó su esfuerzo de verificación para seguir cumpliendo con su mandato”.

Durante 2021, el OIEA llevó a cabo actividades de verificación en más de 1300 instalaciones nucleares y lugares situados fuera de las instalaciones en todo el mundo, al tiempo que el número de cantidades significativas de material nuclear sometido a salvaguardias aumentó en un 2,1 % hasta alcanzar más de 226 000. Una cantidad significativa es la cantidad aproximada de material nuclear con la que no se puede excluir la posibilidad de fabricar un dispositivo nuclear explosivo.

La experiencia adquirida durante la pandemia de COVID‑19 y los consiguientes cambios en algunas de las prácticas y procedimientos del OIEA han permitido al Organismo seguir cumpliendo su mandato en una época de desafíos sin precedentes.

 

10/2022
Vol. 63-3

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