Detección de mutaciones

La siguiente fase del proceso de mejora por inducción de mutaciones es detectar qué plantas han producido los nuevos rasgos deseados. Gracias a los recientes avances en las tecnologías de detección, ayudamos a los Estados Miembros a cribar las plantas de una manera más eficaz y acelerar el desarrollo de cepas mutantes para su uso comercial.

La detección de nuevas mutaciones inducidas en el proceso de selección por mutación ha sido un problema importante durante mucho tiempo. Las mutaciones se producen con una frecuencia tan baja que para detectar cuáles son útiles es preciso crear poblaciones mutantes muy grandes. La producción, el manejo y la valoración mediante ensayos (análisis) de las poblaciones mutantes, que a menudo se componen de varios miles de plantas, es una empresa ingente. Suele considerarse que el verdadero “arte” de la mejora por inducción de mutaciones reside en localizar y seleccionar entre las numerosas plantas que han experimentado mutaciones los raros casos que han manifestado un nuevo rasgo deseable derivado de la mutación.

Junto con la FAO, el OIEA fortalece las capacidades de los Estados Miembros para aumentar la eficiencia de los métodos de preselección necesarios y, de ese modo, acelerar la transformación de cepas mutantes de cultivos en variedades comerciales que puedan utilizar los agricultores.

El proceso de identificación y selección de las plantas mutantes con rasgos mejorados consta de dos etapas principales: preselección de mutantes y confirmación (también conocida como validación de mutantes). Desde que las plantas empezaron a cultivarse, la preselección en función de características visibles (fenotipos) ha sido el método más frecuentemente utilizado en el fitomejoramiento para seleccionar cultivos mejorados. Los protocolos de preselección, como los relativos a la resistencia salina en la hidroponia (un método para cultivar plantas que utiliza soluciones de nutrientes minerales en lugar de tierra), los métodos de cribado en relación con la tolerancia a la sequía o los protocolos de cribado de enfermedades, son métodos eficaces de detección de fenotipos mutantes.

Uno de esos métodos es la preselección de genotipos, mediante el cual pueden determinarse las diferencias en la estructura genética (genotipo) de distintas plantas examinando la secuencia de ADN de un ejemplar concreto por medio de bioensayos (un tipo de experimento científico), y comparándola con la secuencia de otro ejemplar concreto o con una secuencia de referencia. Este método permite determinar una variación que esté asociada al rasgo de interés y sea heredada.

Los recientes avances en las tecnologías de detección de mutaciones de alto rendimiento, como la secuenciación del genoma completo, han aumentado la eficacia de la detección de cambios en el ADN que generan un nuevo rasgo. Ello podría permitir el desarrollo de marcadores moleculares que ayuden al fitogenetista a acelerar el proceso de incorporación del rasgo deseado en otras variedades comerciales. Otros métodos eficaces de alto rendimiento para preseleccionar deleciones inducidas de ADN incluyen técnicas genéticas inversas, como la denominada TILLING (Localización en Genomas de Lesiones Locales Inducidas), que permite identificar mutaciones en un gen concreto.

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