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El OIEA ayuda a los países a reducir la degradación de los ecosistemas

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(Fotografía: Nicolas Blain)

El OIEA ayuda a los países a emplear técnicas nucleares e isotópicas para entender, fortalecer y restaurar los ecosistemas, desde las cimas de las montañas hasta las profundidades del océano, pasando por los humedales, los bosques y los cultivos.

Podemos gozar de un clima estable, de aire puro, de agua potable y de alimentos nutritivos gracias a los ecosistemas, que están conformados por un conjunto de seres vivos, sus interacciones y el entorno que los rodea en una zona específica.

“El OIEA favorece el perfeccionamiento y la transferencia de tecnologías de vanguardia para detectar y medir cambios medioambientales sutiles que afectan a los ecosistemas y a los beneficios que proporcionan” dijo Rafael Mariano Grossi, Director General del OIEA. “Por ejemplo, las sondas de neutrones de rayos cósmicos pueden ayudarnos a entender y a hacer modelos de patrones importantes de la humedad del suelo en ecosistemas vulnerables, como las montañas. Se trata de una herramienta importante que las autoridades pueden utilizar al formular estrategias de adaptación para alcanzar los objetivos del Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas”.

Los laboratorios del OIEA coordinan investigaciones para entender el cambio climático, la destrucción del hábitat y la pérdida de biodiversidad, así como sus repercusiones en los ecosistemas terrestres y marinos. También ofrecen estrategias y herramientas de mitigación relacionadas con la gestión de los recursos naturales y la conservación de los ecosistemas. En este artículo presentamos algunos ejemplos de esta labor.

Evaluación y mitigación de los efectos del cambio climático en las montañas

Las montañas son las reservas de agua del mundo. Una de cada dos personas del planeta depende de una forma u otra del agua de las montañas: para beber, obtener energía o ingresos, y producir alimentos. Del mismo modo, según un estudio publicado en la revista Nature, 1900 millones de personas podrían verse perjudicadas por la escasez de agua en las montañas.

Las montañas son uno de los ecosistemas más afectados por el cambio climático. Desde 2014, el OIEA, en cooperación con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), ha estado estudiando los efectos del cambio climático en los recursos hídricos y el suelo de las montañas. Los científicos comprobaron que el equilibrio de los ecosistemas y, por ende, el suministro del agua para el consumo humano, la energía hidroeléctrica, la irrigación y la industria dependen de las condiciones de la criósfera (los glaciares, el permafrost y la nieve) y de los patrones de transporte de sedimentos.

Toma de muestras de sedimentos en la laguna Parón (Huaylas, Perú, 2016) para estudiar la redistribución de sedimentos en la cordillera de los Andes tras el retroceso de los glaciares (Fotografía: Autoridad Nacional del Agua, Perú)

El análisis de muestras de diferentes partes del mundo permite hacer previsiones de los cambios que ocurrirán en el futuro. El objetivo es apoyar a las autoridades para que formulen estrategias de adaptación adecuadas y fundamentadas en datos científicos.

Fortalecimiento de la calidad del suelo y de la biodiversidad

La creciente demanda de alimentos tiene consecuencias negativas en los ecosistemas agrícolas porque los cultivos intensivos agotan los recursos naturales. El OIEA y la FAO ayudan a los países a adoptar prácticas agrícolas sostenibles y climáticamente inteligentes que fortalecen el suelo, las plantas y la biodiversidad animal.

A través del programa de cooperación técnica del OIEA, los agricultores aprenden a optimizar el uso de fertilizante, a cultivar en condiciones de escasez de agua y a luchar contra las plagas sin utilizar productos químicos o reduciendo su uso, conforme a lo que se recomienda en el Manual de restauración de los ecosistemas del PNUMA. El uso de la irradiación para crear nuevas variedades de cultivos con mayor resistencia al cambio climático y a las enfermedades también contribuye a la seguridad alimentaria mundial.

Philippe Nikiema, investigador del Instituto del Medio Ambiente y de Investigación Agrícola de Burkina Faso, expone sus resultados sobre las nuevas líneas de sorgo resistentes a la planta parasitaria striga a sus colegas del Laboratorio de Fitomejoramiento y Fitogenética del OIEA y la FAO en Seibersdorf (Austria). (Fotografía: A. Ghanim/OIEA)

Para combatir la tala ilegal y la consiguiente degradación de los ecosistemas forestales, el OIEA ofrece a los países formación y materiales bibliográficos que les permiten determinar el origen de productos incautados por las autoridades cuya procedencia podría ser la tala ilegal. 

“Los análisis de isótopos estables son tecnologías sólidas y de eficacia comprobada que contribuyen a la tan necesaria conservación y protección de la fauna silvestre”  dijo Leonard Wassenaar, Jefe del Laboratorio de Hidrología Isotópica del OIEA. “Por ejemplo, el estudio de la migración de los animales puede ayudar a las autoridades a fortalecer la protección de las zonas donde se reproducen”. En México, la tala ilegal afecta a las poblaciones de la mariposa monarca, cuya ruta migratoria se trazó con ayuda de técnicas de isótopos y de la Red Mundial sobre Isótopos en la Precipitación, fundada hace 60 años por el OIEA y la Organización Meteorológica Mundial (OMM). Recientemente se estudiaron las rutas migratorias de otras mariposas en México gracias a la Red y a las técnicas isotópicas.  

Lucha contra la acidificación y la contaminación de los océanos

Los océanos y los mares, que cubren el 70% de la superficie terrestre, regulan el clima y generan gran parte del oxígeno que respiramos. Reducir la acidificación y la contaminación de los océanos es fundamental para restaurar los ecosistemas.

El OIEA presta asistencia a los países para que realicen un seguimiento preciso de la contaminación costera y marina. El Organismo produce materiales bibliográficos y ayuda a los laboratorios del mundo a que generen datos fiables gracias a los cursos que imparte y a los servicios de comparaciones entre laboratorios y de pruebas de competencia. Este apoyo contribuye a la lucha contra la contaminación por plásticos y las floraciones de algas nocivas, y contra otros problemas que se presentan en los ecosistemas marinos. En América del Sur, se ha estudiado la polución por microplásticos en el océano Pacífico tropical oriental y los sedimentos en el mar Caribe gracias a la cooperación técnica del OIEA.

Además de proveer alimento para los peces, los ecosistemas costeros absorben y almacenan eficazmente el carbono de la atmósfera (Fotografía: P. Swarzenski/OIEA)

El mantenimiento y la restauración de los ecosistemas costeros (ricos en manglares, marismas y praderas marinas) es fundamental para reducir la acidificación de los océanos, porque estos ecosistemas absorben el carbono que llega al océano. Los científicos del OIEA participan en una investigación internacional relacionada con la gestión de los ecosistemas costeros y, más particularmente, con la restauración de los manglares y las praderas marinas.

El OIEA apoya a los países con técnicas avanzadas que les permiten profundizar sus conocimientos sobre el cambio climático y hacer frente a sus efectos, velar por la seguridad alimentaria mundial y proteger la fauna terrestre y marina. Por consiguiente, la labor del Organismo contribuye al logro de los objetivos pactados en el Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas.

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