Objetivo de Desarrollo Sostenible 2: Hambre cero

La tecnología y la ciencia nucleares pueden ayudar a combatir el hambre y la malnutrición, así como a mejorar la seguridad alimentaria y la inocuidad de los alimentos. Por medio del OIEA y sus asociados, incluida la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), numerosos países utilizan instrumentos nucleares para desarrollar prácticas agrícolas sostenibles, implantar y mejorar programas de nutrición y garantizar un suministro estable de alimentos de calidad. Su labor contribuye a alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 2 de las Naciones Unidas, relativo al hambre cero, que implica poner fin a todas las formas de hambre y malnutrición para 2030.

Agricultura sostenible y seguridad alimentaria

Las prácticas agrícolas sostenibles desarrolladas con ayuda de las técnicas nucleares y otras técnicas conexas ayudan a los agricultores a conservar los recursos hídricos, del suelo y de los cultivos, proteger las plantas de plagas nocivas de insectos y producir más alimentos utilizando nuevas variedades de plantas que son resistentes a las enfermedades y sobreviven a los cambios en las condiciones climáticas, como la sequía y el aumento de la salinidad del suelo. Otros métodos ayudan a los agricultores a proteger la salud de su ganado y a mejorar la reproducción animal y las prácticas de reproducción conservando al mismo tiempo los recursos naturales.

Mediante el enfoque basado en la cadena alimentaria, el OIEA y la FAO ayudan a los países a emplear las técnicas nucleares y otras técnicas conexas a lo largo de la cadena de producción de alimentos. Las técnicas nucleares como la irradiación pueden, durante el proceso de preparación de los productos alimentarios para el consumo, ayudar a proteger la calidad de los alimentos, aumentar su tiempo de almacenamiento y garantizar su inocuidad. Estas técnicas pueden utilizarse también para inspeccionar los alimentos a fin de comprobar que no contengan contaminantes y garantizar su autenticidad para evitar el fraude alimentario. Además, facilitan las exportaciones, lo que contribuye a incrementar los ingresos de los agricultores y a mejorar la economía nacional.

Lucha contra el hambre y la malnutrición

A fin de combatir el hambre y la malnutrición, los profesionales de la salud y los científicos utilizan técnicas nucleares e isotópicas para estudiar distintas formas de malnutrición; desde la desnutrición hasta la obesidad. Los resultados de sus estudios ayudan a los responsables de formular políticas y a los expertos a desarrollar y mantener programas y políticas eficaces para combatir el hambre y la malnutrición. Entre esos programas y políticas cabe destacar las iniciativas de enriquecimiento de los alimentos, centradas en la producción de alimentos ricos en vitaminas y minerales, los programas para limitar el consumo calórico y combatir así la obesidad y los programas que ayudan a las madres a amamantar a sus bebés y alimentar a sus hijos.

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