El accidente de la central nuclear de Chornóbil de 1986

El 26 de abril de 1986, durante un ensayo inapropiado a baja potencia, en el reactor número cuatro de la central nuclear de Chornóbil, en la entonces Unión Soviética, se dio una pérdida de control que se tradujo en una explosión y un incendio a raíz de los cuales el edificio del reactor quedó destruido y se emitieron grandes cantidades de radiación a la atmósfera. Al ignorar las medidas de seguridad, el combustible de uranio del reactor se sobrecalentó y se fundió, traspasando las barreras protectoras.

Poco después del accidente, el OIEA proporcionó apoyo inmediato a la Unión Soviética en la esfera de la rehabilitación ambiental, la clausura y la gestión de desechos radiactivos, a fin de reforzar los niveles de seguridad en la central. El OIEA trabajó estrechamente con otras organizaciones de las Naciones Unidas en el marco del “Proyecto Internacional de Chernóbil”, que hizo una valoración de las consecuencias radiológicas del accidente y evaluó las medidas de protección. Los resultados se presentaron en la conferencia internacional titulada One Decade After Chernobyl: Summing up the Consequences of the Accident, celebrada en abril de 1996.

Poco después del accidente de Chornóbil, el OIEA redactó dos convenciones que los Estados Miembros ratificaron: la Convención sobre la Pronta Notificación de Accidentes Nucleares y la Convención sobre Asistencia en caso de Accidente Nuclear o Emergencia Radiológica, que establecen el marco internacional para las notificaciones de emergencia, el intercambio de información y la prestación de asistencia nacional cuando se solicite. En virtud de las convenciones, el OIEA tiene el mandato de actuar como eje internacional para la coordinación de estas actividades.

En 2003, el OIEA creó el Foro sobre Chernóbil en cooperación con los gobiernos de los países más afectados, a saber, Belarús, Rusia y Ucrania, así como con organizaciones internacionales competentes, a fin de abordar las operaciones de recuperación y llevar a cabo evaluaciones radiológicas de las zonas afectadas. Los resultados se presentaron en la conferencia del OIEA de 2005 titulada Chernobyl: Looking Back to Go Forward[1].

Las conclusiones de las conferencias de 1996 y 2005 fueron objeto de examen por el Comité Científico de las Naciones Unidas para el Estudio de los Efectos de las Radiaciones Atómicas (UNSCEAR) como parte de su mandato de evaluar y notificar los niveles y los efectos de la radiación ionizante. Las conclusiones del UNSCEAR están recogidas íntegramente en las normas del OIEA, que se examinan y actualizan periódicamente.

El OIEA ha trabajado estrechamente con el UNSCEAR y otros asociados internacionales para evaluar de forma independiente el impacto de la radiación en la salud y el medio ambiente desde el accidente y las pruebas con fundamento científico reunidas se basan en datos precisos y basados en hechos recopilados en el emplazamiento y sus alrededores. La información se ha presentado a las Naciones Unidas y ha sido aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas.

El presente documento da más información sobre las medidas del OIEA tras el accidente de Chornóbil y la colaboración internacional que se ha emprendido desde entonces.

[1] Proceedings of an International Conference on Chernobyl: Looking Back to go Forward; conferencia internacional organizada por el Organismo Internacional de Energía Atómica en nombre del Foro sobre Chernóbil y celebrada en Viena los días 6 y 7 de septiembre de 2005. IAEA, Vienna, 2008 (ISSN 0074‑1884; STI/PUB/1312; ISBN 978‑92‑0‑110807‑4)

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