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La Argentina utiliza la ciencia nuclear en los exámenes cardíacos para detectar enfermedades

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El Doctor Roberto Agüero (izquierda) prepara a su paciente, Lola Fiskel (centro), para una exploración mediante SPECT en la Fundación Centro Diagnóstico Nuclear de Buenos Aires (Argentina) el 9 de octubre de 2017. (Fotografía: L. Gil/OIEA)

Buenos Aires, Argentina — Inyectada, con los brazos por encima de la cabeza y los ojos cerrados. Así es como introducen a Lola Fiskel, de 81 años de edad, en una máquina de aspecto futurista de la Fundación Centro Diagnóstico Nuclear de Buenos Aires. Gracias a máquinas como esta, que utilizan la radiación para observar el interior del cuerpo humano, los doctores han podido diagnosticar la afección cardíaca de la Sra. Fiskel en una etapa suficientemente temprana para poder tratarla.

En la Argentina, como en el resto del mundo, las enfermedades cardíacas son la primera causa de muerte prematura. No obstante, si se diagnostican en una etapa suficientemente temprana mediante la medicina nuclear, es posible tratar a los pacientes y salvarlos. El OIEA ayuda a centros como este a prestar a sus pacientes servicios de medicina nuclear de gran calidad proporcionándoles equipo de apoyo, conocimientos especializados y capacitación.


Diego Passadore, Gerente General de la Fundación Centro Diagnóstico Nuclear de Buenos Aires (Argentina). (Vídeo: M. Klingenböck/OIEA)

“La medicina nuclear es una tecnología que permite visualizar el corazón de un paciente sin necesidad de abrirle el pecho”, explica Roberto Agüero, el médico que atiende a la Sra. Fiskel. En el caso de esta paciente, utilizaron una técnica especializada denominada tomografía computarizada por emisión de fotón único (SPECT) para obtener más información sobre su afección cardiovascular (véase el apartado Base científica).

Hace un año, la Sra. Fiskel se desmayó. “Iba por la calle con una amiga cuando perdí el conocimiento”, recuerda. “Solo sé que, cuando me desperté, me había caído en mitad de la calle y me dolía el pecho.” Ni los ultrasonidos, ni las pruebas de esfuerzo a las que se sometió revelaron por completo la causa de su desvanecimiento, ni la magnitud de la lesión cardíaca. Entonces se sometió a una SPECT.


Lola Fiskel, paciente de la Fundación Centro Diagnóstico Nuclear de Buenos Aires (Argentina). (Vídeo: M. Klingenböck/OIEA)

Gracias a la SPECT, el médico que atiende a la Sra. Fiskel pudo determinar la causa del desmayo: una isquemia, es decir, una disminución en el riego sanguíneo. Actualmente, la Sra. Fiskel recibe tratamiento con fármacos cardiovasculares y está sometida a seguimiento mediante medicina nuclear.

“Estas técnicas nos ayudan a determinar la magnitud precisa de una lesión cardíaca, cosa que no permite ninguna otra técnica”, afirma Agüero. “Sin ese diagnóstico, la cardiopatía que sufre la Sra. Fiskel podría haber empeorado, y entonces el tratamiento hubiera sido más complejo y podría haber requerido incluso cirugía a corazón abierto.”

Medicina nuclear para todos

Con el propósito de ampliar el acceso de la población a esos servicios, el Gobierno, por medio de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), ha puesto en marcha una iniciativa nacional para ampliar y mejorar instalaciones y centros de todo el país. El OIEA colabora en esa iniciativa aportando equipo y capacitación.

Se trata de una inversión multimillonaria que implica la construcción, en distintos lugares del país, de seis nuevos centros que ofrecerán servicios de radioterapia y de medicina nuclear de gran calidad. Los nuevos centros abrirán sus puertas en las provincias argentinas de Río Gallegos, Río Negro, Santiago del Estero, Formosa, Entre Ríos y La Pampa.

“La Argentina es un país extenso”, dice Geraldine Arias, responsable del programa de cooperación técnica para la Argentina en el OIEA. “El Gobierno está tratando de hacer llegar sus recursos a las distintas regiones, pero para ampliar el alcance de los servicios se necesitan profesionales especializados y equipo moderno.”


Diego Passadore, Gerente General de la Fundación Centro Diagnóstico Nuclear de Buenos Aires (Argentina). (Vídeo: M. Klingenböck/OIEA)

“La medicina nuclear es multidisciplinaria”, señala Arias. “Prestamos apoyo en todos los ámbitos. Enviamos a expertos y capacitamos a médicos, físicos médicos, radiofarmacéuticos y técnicos.”

Un esfuerzo coordinado

Toda una orquesta de expertos, sustancias y equipo trabajan entre bastidores para que sea posible examinar el corazón de un paciente. En primer lugar, el personal médico tiene que producir radiofármacos e inyectarlos en el organismo del paciente. Algunos tipos de radiofármacos solo son eficaces durante un breve período de tiempo, por lo que deben producirse cerca de donde se van a utilizar. La Fundación Centro Diagnóstico Nuclear produce radioisótopos para la PET con su propio ciclotrón (un tipo de acelerador de partículas), que es además el único que existe en Buenos Aires.

Físicos y químicos producen los radiofármacos en el ciclotrón, una instalación segura y altamente protegida. A continuación, los isótopos viajan bajo tierra, por un drenaje especial, hasta llegar a otra sala segura, en la que un radiofarmacéutico, tras unas puertas metálicas protegidas, prepara el material que se va a inyectar, lo introduce en un matraz y lo coloca en un cilindro metálico sólido y blindado. Todas esas medidas tienen por fin evitar la exposición diaria del personal médico a la radiación.

En una sala contigua, un enfermero extrae la jeringa del cilindro metálico, inyecta el material radiactivo al paciente y le pide que espere. Al cabo de una hora, el paciente va a la sala de reconocimientos y se acuesta para someterse a la PET. La máquina explora el cuerpo del paciente, detecta la radiactividad emitida por los fármacos y genera imágenes tridimensionales de los órganos del paciente que el médico deberá interpretar.

Este reportaje fotográfico muestra cómo se desarrolla el proceso en la Fundación Centro Diagnóstico Nuclear de Buenos Aires.

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