Tratamiento y restauración

La radiación de alta energía puede tener un efecto profundo en las propiedades biológicas o químicas de los materiales, efecto que se puede utilizar para desinfestar los bienes culturales y ayudar a restaurarlos. A diferencia de los métodos químicos o físicos, la radiación no deja ningún resto sobre dichos objetos y estos no se vuelven radiactivos.

Los bienes constituyen una parte importante del patrimonio cultural de un país. La conservación de los bienes existentes puede plantear un reto importante ya que son muchos los factores que afectan su estado, entre ellos, las condiciones de almacenamiento inadecuadas, el cambio climático o situaciones adversas como las inundaciones. Todo ello puede dar lugar a un deterioro o incluso a la pérdida completa del patrimonio cultural mundial.

Se han elaborado métodos químicos y físicos para tratar y restaurar los bienes del patrimonio cultural. Sin embargo, los métodos químicos pueden dejar restos químicos indeseables en los materiales, mientras que los métodos físicos normalmente son bastante extremos y, por lo tanto, no son adecuados para todos los tipos de materiales. Por el contrario, las tecnologías de la radiación no dañan los bienes en sí. Se pueden utilizar para destruir los parásitos que amenazan las obras de arte y para evaluar cualquier daño interno que estos hayan podido causar.

Las técnicas de la radiación se han utilizado durante muchos años para tratar diversos bienes del patrimonio cultural. Varios programas de investigación nacional e internacional han trabajado en la elaboración de metodologías armonizadas para el tratamiento por radiación que, a su vez, han llevado a la aceptación general de la tecnología de la radiación para el tratamiento de los bienes del patrimonio cultural. El OIEA dirige un proyecto coordinado de investigación en apoyo a la aplicación de técnicas nucleares en la investigación del patrimonio cultural.

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