Público

El OIEA elabora normas de seguridad en las que se establecen los principios de seguridad radiológica y se describen las prácticas asociadas al uso de la radiación ionizante. La aplicación de estos principios de seguridad garantiza que las personas estén adecuadamente protegidas de la radiación, pero sigan beneficiándose de sus usos.

Las fuentes naturales de radiación están presentes en todo el medio ambiente. En general, las fuentes naturales de radiación son difíciles de controlar y es imposible que el público pueda evitar totalmente estar expuesto a ellas. En algunos casos excepcionales, por ejemplo el uso de radón en los hogares, pueden adoptarse medidas con una buena relación costo-eficacia para reducir las exposiciones. Además de la radiación natural, los ensayos con armas nucleares y accidentes nucleares como los ocurridos en Chernóbil en 1986 y en Fukushima en 2011 generaron radiación adicional que, actualmente, también está presente en el medio ambiente.

Fuentes de radiación artificiales

Las fuentes de radiación tienen muchas aplicaciones beneficiosas en la medicina, la industria y la investigación, y su uso sigue creciendo. Por este motivo, pacientes, trabajadores e investigadores pueden estar directamente expuestos a la radiación durante sus procedimientos médicos, su trabajo y sus investigaciones respectivamente. Las personas del público también pueden estar expuestas, si bien por lo general a niveles muy bajos. Las personas solamente podemos evitar la exposición a la radiación de esas fuentes si, como sociedad, dejamos de permitir su uso. Si  bien esto no sería muy razonable, pueden adoptarse medidas para garantizar que se mantenga un equilibrio adecuado entre los riesgos que plantean estos usos de la radiación y los beneficios que reportan a las personas y la sociedad en su conjunto.

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