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Ojos que no ven, corazón que sí siente: El OIEA y la FAO ponen en marcha actividades de investigación y desarrollo para determinar fuentes y efectos de la contaminación del suelo por microplásticos

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El plástico se utiliza ampliamente en la agricultura como mantillo de suelo, pero también en la agricultura en invernaderos de polietileno, práctica que se ha convertido en una fuente importante de contaminación del suelo por plásticos. (Fotografía: H. Wang/Universidad de Foshan)

Las imágenes de hileras de basura flotando en la superficie de los océanos se han convertido en un llamamiento a la acción colectiva para abordar la cuestión de la contaminación por plásticos, pero este desafío es más importante de lo que parece a simple vista. Si bien los plásticos y los microplásticos —objetos de tamaño inferior a 5 mm— se acumulan y afectan al medio ambiente marino, gran parte del problema se origina en la contaminación terrestre. Según un estudio publicado en Global Change Biology, se estima que la contaminación por plásticos de origen terrestre, que a menudo desemboca en los océanos, es al menos cuatro veces más elevada que la que existe en los océanos. Para hacer frente a este desafío creciente, el OIEA está poniendo en marcha un proyecto coordinado de investigación para luchar contra la contaminación por plásticos de origen terrestre.

“El suelo es la principal fuente de microplásticos que llegan a los océanos por medio de la erosión del suelo y la escorrentía superficial —indica Nanthi Bolan, Profesor de química ambiental de la Universidad de Newcastle (Australia) y coautor de un estudio publicado recientemente sobre los microplásticos en los suelos—. El suelo desempeña un papel importante en la transformación de los contaminantes y su ulterior transferencia a otros compartimentos ambientales, entre ellos el océano con microplásticos y la atmósfera con emisiones, como el óxido nitroso.” Los plásticos se depositan en el suelo tras su eliminación en vertederos, así como a través del uso de láminas de plástico en la agricultura o la aplicación de compost contaminado con microplásticos. “La eliminación directa de plásticos en el océano es relativamente menos marcada que la transferencia de microplásticos desde la tierra. Los microplásticos, que son más livianos que las partículas del suelo, como la arena, el limo o la arcilla, desaparecen fácilmente en las vías fluviales”, añade el Sr. Bolan.

Para ayudar a mitigar la contaminación por plásticos y sus efectos globales en el medio ambiente, los organismos vivos y la cadena alimentaria, el OIEA, en cooperación con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), está poniendo en marcha actividades de investigación y desarrollo para estudiar el destino de los microplásticos con técnicas nucleares. “La búsqueda de las fuentes de la contaminación por microplásticos y la creación de conciencia ayudarán considerablemente a prevenir la introducción de microplásticos en el medio ambiente —dice Lee Heng, Jefe del Subprograma de Gestión de Suelos y Aguas y Nutrición de los Cultivos del Centro Conjunto FAO/OIEA de Técnicas Nucleares en la Alimentación y la Agricultura—. Además, comprender los mecanismos del comportamiento de los plásticos y los contaminantes conexos ayudará a determinar los efectos en el medio ambiente y las posibilidades de utilizar microorganismos para degradar microplásticos”.

En 2020, el OIEA adquirió equipo para cromatografía de gases-combustión-espectrometría de masas de relaciones isotópicas (GC-c-IRMS). Una de sus aplicaciones es la técnica del isótopo estable por compuesto (CSSI), que se utilizará para examinar la capacidad de diversas microbiotas para degradar sustratos de plástico sintético, explica el Sr. Heng. Además de la CSSI, se utilizarán las relaciones isotópicas del carbón para estudiar las emisiones de gases de efecto invernadero de los microplásticos. La contaminación por plásticos es una fuente de emisiones de dióxido de carbono, metano y etileno, todos ellos gases de efecto invernadero que contribuyen a agravar el cambio climático.

“Contribuimos a la contaminación por plásticos mediante la eliminación indiscriminada de plásticos en vertederos y el uso de micropartículas en cosméticos y de microfibras en tejidos. Se está trabajando en la producción de plásticos biodegradables, que pueden aportar algunas soluciones a la contaminación por plásticos, pero el bioplástico tal vez no sea la solución milagrosa para controlar ese tipo de contaminación”, dice el Sr. Bolan.

Los bioplásticos biodegradables utilizados comúnmente “conservan su integridad mecánica en condiciones naturales, lo que puede causar daños físicos a los animales marinos o terrestres que los consuman —añadió el Sr. Bolan—. El destino de los bioplásticos biodegradables en entornos naturales y artificiales podría ser problemático. El metano es un producto de la biodegradación en entornos anaeróbicos en vertederos”. Además, para degradarse completamente esos bioplásticos necesitan temperaturas altas, ventilación controlada y humedad.

Los microplásticos en la cadena alimentaria

Debido a su tamaño reducido, los microplásticos, en especial los nanoplásticos provenientes de la degradación de microplásticos, pueden llegar a los órganos internos de los organismos, a los que potencialmente podrían transferir los contaminantes que llevan adheridos, entre otros, contaminantes orgánicos persistentes como los bifenilos policlorados (PCB) y metales traza como el mercurio y el plomo. Los plásticos y los contaminantes que se acumulan sobre ellos o en su interior ingresan en la cadena alimentaria y a la larga pueden ser transferidos a los seres humanos, lo que causa cada vez más preocupación en lo que respecta a la inocuidad de los alimentos.

Los laboratorios del Centro Conjunto FAO/OIEA están dotados de equipo para estudiar la presencia de microplásticos en los alimentos. “Técnicas como la espectroscopia de rayos X por energía dispersiva, la espectroscopia infrarroja y la espectroscopia Raman pueden aplicarse para buscar plásticos en alimentos, lo que permite evaluar y gestionar los riesgos”, indica Andrew Cannavan, Jefe de la Sección de Protección de los Alimentos y del Medio Ambiente del Centro Conjunto FAO/OIEA. El OIEA cuenta con la capacidad y los instrumentos para desarrollar y transferir métodos analíticos para aditivos y componentes plásticos que plantean un problema debido a la contaminación por plásticos y microplásticos, añade el Sr. Cannavan.

Aquí encontrará más información sobre la labor del OIEA en materia de cuestiones ambientales.

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