De acuerdo con una reciente investigación llevada a cabo en el OIEA mediante técnicas nucleares, los niveles de plomo y mercurio en el mar se han reducido considerablemente tras la adopción de medidas concretas para limitar su liberación. La prohibición de la gasolina con plomo y el cierre de una planta que producía vertidos de mercurio han dado lugar a descensos de los niveles de contaminación en un período de 10 a 15 años.
Las actividades humanas como la industria y la agricultura pueden tener importantes consecuencias en el medio marino debido a la liberación de contaminantes en el mar. La nueva investigación ha demostrado que, una vez que la normativa gubernamental pone fin a determinadas prácticas no ecológicas, es posible invertir las tendencias de la contaminación en el mar.
Así ocurre en el caso del plomo, que puede acabar ocasionando daños en el sistema nervioso y las vísceras de los seres humanos si estos consumen peces que lo hayan ingerido. El plomo puede ser liberado al medio ambiente en diferentes actividades como la minería o la fundición metalúrgica y la combustión del carbón, o debido a su utilización en pilas, pinturas, cerámicas y otros artículos de uso cotidiano. La mayor fuente de contaminación por este elemento el siglo pasado guardaba relación con el uso de la gasolina con plomo.
Como parte de las iniciativas para elaborar métodos nuevos con que determinar el origen y los niveles de contaminación por plomo, los investigadores de los Laboratorios del OIEA para el Medio Ambiente analizaron sedimentos del mar Báltico y el mar Caribe. Al examinar los ejemplos de contaminación de un testigo de material sedimentario de la costa báltica de Alemania, los investigadores pudieron observar con claridad que en un período de 10 a 15 años, tras la eliminación progresiva hacia 1996 de la presencia de plomo en la gasolina, disminuyeron los niveles de contaminación por plomo en el mar. Los científicos del OIEA reconocen que es posible que no todos los niveles de contaminantes disminuyan tan rápido, pero los resultados de adoptar medidas concretas como la obligación de utilizar gasolina sin plomo son evidentes.
Asimismo, los investigadores del OIEA han desarrollado con éxito métodos para utilizar las razones isotópicas del plomo a fin de determinar el origen de la contaminación por este elemento y evaluar si se encuentra presente de forma natural o como resultado de actividades antropógenas, ya que, como explica Emiliya Vasileva-Veleva, investigadora del Laboratorio de Estudios del Medio Ambiente Marino del OIEA, las fuentes naturales y antropógenas de plomo tienen distintas marcas y composiciones isotópicas. “Los gobiernos pueden servirse luego de esa información para fundamentar las decisiones políticas de limitar o interrumpir su emisión.”