El Director General, Rafael Mariano Grossi, declaró ayer ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que es necesario establecer urgentemente una zona de protección de la seguridad nuclear tecnológica y física en la central nuclear de Zaporiyia (Ucrania) para que no corra peligro la integridad física de la central. Esta lleva controlada por fuerzas rusas desde marzo, si bien está operada por su personal ucraniano.
En una sesión sobre las amenazas a la paz y la seguridad internacionales, el Sr. Grossi expuso las conclusiones y recomendaciones de la Misión de Asistencia y Apoyo del OIEA a Zaporiyia (ISAMZ), publicadas el martes en el segundo informe resumido sobre la seguridad tecnológica nuclear, la seguridad física nuclear y las salvaguardias en Ucrania (en inglés).
El Sr. Grossi, que destacó la necesidad de establecer una zona de protección, lo cual incluiría poner fin a los bombardeos alrededor de la central, explicó que el primer pilar importante de la seguridad en cualquier instalación nuclear es que no se viole su integridad física. El Director General dijo que, lamentablemente, “eso ha ocurrido y sigue ocurriendo” y añadió que “estamos jugando con fuego y podría acontecer una verdadera catástrofe”.
El Sr. Grossi informó al Consejo de Seguridad de que, por conducto de la ISAMZ, el OIEA ahora contaba con una presencia continuada en la central nuclear de Zaporiyia y el personal sobre el terreno que estaba en la central proporcionaba información de primera mano, neutral, imparcial y técnica sobre el estado del emplazamiento. Señalando el valor de la presencia continuada del Organismo en la central, el Director General indicó que, gracias a ella, el OIEA y, por conducto de este, las Naciones Unidas y la comunidad internacional tenían la capacidad de disponer de una evaluación directa e inmediata de la situación sobre el terreno a medida que esta fuera evolucionando.
El Sr. Grossi afirmó que “se trata de un hecho sin precedentes”, y añadió que históricamente los inspectores del OIEA entraban en acción después de los hechos para remediar algo que ya había ocurrido. Asimismo, dijo que “en este caso tenemos el imperativo histórico y ético de impedir que algo suceda”.
El Director General agregó lo siguiente: “Podemos acordar un mecanismo de protección muy sencillo, pero increíblemente necesario, para impedir lo que está ocurriendo en este preciso momento: que se bombardee una central nuclear. Aprovechemos esta oportunidad tan fundamental para la paz, para la seguridad y para proteger a la población de Ucrania y de otros lugares”.
Podemos acordar un mecanismo de protección muy sencillo, pero increíblemente necesario, para impedir lo que está ocurriendo en este preciso momento: que se bombardee una central nuclear. Aprovechemos esta oportunidad tan fundamental para la paz, para la seguridad y para proteger a la población de Ucrania y de otros lugares.