El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) ha capacitado a científicos de seis países de América Latina en el uso de técnicas nucleares y conexas para detectar y contener una enfermedad que afecta a los bananos y que amenaza a una cuarta parte de la producción mundial de un cultivo del que depende el trabajo y el sustento de cientos de millones de personas en todo el mundo. Esta capacitación incluyó el desarrollo de la resistencia genética a esta enfermedad en los bananos.
La fusariosis del banano o enfermedad de Panamá, una de las más devastadoras en el mundo que afectan a los bananos, se está propagando rápidamente en la región. Esta enfermedad tiene consecuencias en el suministro mundial del banano enano, la variedad más popular para la exportación.
En respuesta a una solicitud urgente de los países afectados, el Director General, Rafael Mariano Grossi, prometió el año pasado que el OIEA prestaría asistencia inmediata para combatir la enfermedad y evitar que causara más daños, en colaboración con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
“Inmediatamente después de recibir la solicitud de asistencia, enviamos una misión técnica para evaluar la situación y proporcionar ayuda de emergencia. Capacitar a científicos de la región es una parte fundamental de esta asistencia, ya que con ello se crean competencias y otras capacidades para gestionar y controlar una enfermedad que está perjudicando los medios de subsistencia en toda la región”, dijo el Director General, Sr. Grossi, que se reunió con los investigadores durante su capacitación en los laboratorios del OIEA en Seibersdorf (Austria). El Sr. Grossi mantendrá también un encuentro con los Ministros de Relaciones Exteriores y de Comercio de la Comunidad Andina en Quito, la capital de Ecuador, este mismo mes.
En el marco de esta asistencia, en febrero se impartió capacitación a 12 científicos del Brasil, Colombia, Costa Rica, el Ecuador, el Perú y Venezuela en Seibersdorf. Los temas abarcaron la mejora por inducción de mutaciones, el cultivo de tejidos, el desarrollo de poblaciones mutantes y los protocolos de cribado para detectar la resistencia a la enfermedad.
“Gracias a la capacitación, entiendo las enormes posibilidades que ofrecen los métodos de irradiación para aumentar la resistencia del banano a la fusariosis. Además, descubrí cómo el OIEA puede ayudar a resolver este importante problema en nuestros países”, dijo Mauricio Soto-Suárez, investigador colombiano de doctorado en fitopatologías y uno de los fitotécnicos, patólogos y especialistas en cultivo de tejidos de banano que participaron en el curso de capacitación de dos semanas, que tuvo lugar en el Laboratorio de Fitomejoramiento y Fitogenética del Centro Conjunto FAO/OIEA de Técnicas Nucleares en la Alimentación y la Agricultura, en Seibersdorf, y en la Sede del OIEA, en Viena.
El OIEA prestará apoyo a los países afectados durante los próximos cinco años para detectar, vigilar y contener la enfermedad. Estos también recibirán asesoramiento científico sobre cómo potenciar la resistencia genética de las plantas de banano mediante la mejora por inducción de mutaciones y biotecnologías conexas.
En agosto del año pasado, expertos y autoridades de la Comunidad Andina —Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú— se pusieron en contacto con el OIEA al descubrir que la variante más reciente de la fusariosis del banano, la raza 4 tropical (R4T), estaba propagándose por la región. En la actualidad la enfermedad está presente en más de 20 países de todo el mundo.
El curso llega tras una misión de expertos del OIEA que visitó la región en octubre del año pasado y en la que se debatió la situación actual debida a la R4T, se acordó un proyecto de plan quinquenal y se abordaron necesidades urgentes en materia de adquisiciones.
El banano es uno de los principales alimentos básicos del mundo, y más de 400 millones de personas dependen de este fruto para garantizar su seguridad alimentaria y sus ingresos. La producción anual de bananos a escala mundial asciende a unos 155 millones de toneladas métricas, de las cuales, 25 millones de toneladas se exportan desde los países tropicales de América Latina, el Caribe y otras partes del mundo.
La R4T es una enfermedad que se transmite por el suelo y puede sobrevivir decenios en él, lo que dificulta su control. La única respuesta a largo plazo es desarrollar y desplegar nuevas variedades de banano capaces de resistir de manera eficaz a la enfermedad. Esto puede lograrse mediante la mejora por inducción de mutaciones, un proceso basado en técnicas de irradiación que ayudan a desarrollar nuevas variedades de cultivos resistentes a las enfermedades para los agricultores. La R4T, que durante decenios había afectado únicamente a Asia Sudoriental, se detectó por primera vez en América Latina en 2019, donde provocó una emergencia nacional en Colombia, el quinto exportador mundial de bananos.
El OIEA, en colaboración con la FAO, cuenta con una larga y demostrada trayectoria en la aplicación de técnicas nucleares y conexas para mejorar las plantas cultivadas y desarrollar resistencia a enfermedades. La investigación sobre el banano en los laboratorios OIEA/FAO y la correspondiente creación de capacidad en los Estados Miembros empezó al menos hace dos decenios. Aborda técnicas clave que incluyen el cultivo de células y tejidos, la inducción de mutaciones, la detección de enfermedades y de la resistencia a las plagas y técnicas moleculares y citogenéticas conexas.