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Una técnica nuclear abre nuevos mercados para las frutas del Ecuador

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Actualmente se exportan tomates de árbol a mercados de los Estados Unidos, América Latina y la Unión Europea. (Fotografía: AGROCALIDAD)

El Ecuador, uno de los mayores productores de frutas tropicales del hemisferio occidental, está ahora añadiendo frutas no tradicionales a su cartera de exportaciones gracias al éxito obtenido en la lucha contra la mosca del Mediterráneo con ayuda de técnicas nucleares. Después de la asistencia técnica que el país recibió del OIEA, en colaboración con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), para combatir el insecto valiéndose de la técnica de los insectos estériles (TIE), en combinación con otros métodos, ahora los agricultores exportan uvillas (fruto conocido también como aguaymanto), pitahayas y tamarillos (o tomates de árbol) a mercados de los Estados Unidos, América Latina y la Unión Europea.

“La finalización del proyecto contribuirá directamente a mejorar los medios de vida de los productores de fruta del Ecuador, pues servirá para reducir los perjuicios ocasionados por la mosca de la fruta y aumentar la producción para los mercados exteriores”, afirma Rodrigo Salas, Subsecretario de Control y Aplicaciones Nucleares.

La mosca del Mediterráneo es una de las plagas agrícolas más destructivas. Las larvas se alimentan de la pulpa del fruto, que luego es incomestible. La capacidad de estas moscas para adaptarse con facilidad a diferentes climas e infestar muy diversas frutas y hortalizas ha llevado a muchos países importadores a imponer restricciones de cuarentena a la fruta procedente de zonas con arraigada presencia del insecto, a fin de proteger de la plaga su propia fruticultura. Toda vez que la fruta puede madurar y pudrirse durante el período de cuarentena, esta medida hace que a los productores les resulte difícil y costoso llegar a los mercados internacionales, lo que lastra su potencial de crecimiento impulsado por las exportaciones.

Como parte del Proyecto Nacional de Manejo de Moscas de la Fruta (PNMMF), que recibió el apoyo del OIEA y la FAO, el Ecuador ha aplicado un plan de lucha contra la mosca de la fruta basado en un programa de gestión integrada de plagas (GIP) que incorpora el uso de la TIE. La GIP es una fórmula de lucha contra las plagas que, con fines de producción y protección de cultivos, aúna eficacia y respeto del medio ambiente y combina diferentes métodos y prácticas de gestión para reducir eficazmente los daños causados por las plagas, obtener cultivos sanos y reducir al mínimo el uso de plaguicidas. La aplicación de este tipo de planteamiento depara una producción más cuantiosa de frutas y hortalizas de mejor calidad y facilita por ende el comercio internacional. En el Ecuador, la TIE fue incorporada a los métodos de GIP en 2018.

“La zona de trabajo del PNMMF, en la que se cultivan esas frutas no tradicionales, abarca más de 35 000 hectáreas destinadas a la fruticultura comercial. El programa ha traído consigo una importante reducción de los daños provocados por la mosca de la fruta, lo que a su vez ha redundado en cosechas más cuantiosas”, señala Patricio Almeida, Director Ejecutivo de la Agencia Ecuatoriana de Aseguramiento de la Calidad del Agro (AGROCALIDAD). “Gracias a los métodos integrados que incorporan la TIE para eliminar la población de moscas de la fruta, el año pasado las exportaciones a los Estados Unidos de estas tres frutas alcanzaron los 22 millones de dólares. Además, el sector agrícola se benefició de los puestos de trabajo directos e indirectos creados en la cadena de producción y exportación”.

La TIE, uno de los primeros métodos de lucha biológica contra los insectos concebido para aplicaciones en áreas extensas, lleva más de 60 años utilizándose con éxito y en la actualidad se aplica en muchos países de todo el mundo.

En esta técnica se utiliza la irradiación para esterilizar a insectos machos criados en masa, que de modo que no podrán dejar descendencia, lo que con el paso del tiempo se traduce en una reducción de la población de la plaga. “La TIE presenta la ventaja añadida de no introducir en un ecosistema especies invasivas de insectos que podrían alterar la frágil biodiversidad de un país”, explica Walther Enkerlin Hoeflich, entomólogo de la División Mixta FAO/OIEA de Técnicas Nucleares en la Alimentación y la Agricultura.

A menos moscas, más exportaciones

Cada semana, desde la planta de cría de El Pino (Guatemala) se envían tres millones de pupas macho esterilizadas al Ecuador continental, concretamente a una instalación de eclosión y suelta de moscas estériles construida bajo los auspicios de un proyecto de cooperación técnica del OIEA. Los insectos serán luego liberados en plantaciones de las áreas de producción seleccionadas, donde agrónomos de AGROCALIDAD formados por el OIEA vigilan y controlan las poblaciones de mosca de la fruta. En 2017, puesto que el número de moscas de la fruta se había mantenido en niveles de prevalencia bajos admisibles en las zonas de cultivo, los EE. UU. autorizaron por primera vez la importación de pitahayas del Ecuador. Siguieron, en 2018, el tomate de árbol y la uvilla (véase el gráfico).

El Ecuador tiene ahora el objetivo de extender el uso de la TIE a otras zonas y otros cultivos: “Hoy por hoy, 890 agricultores se han beneficiado de este proyecto”, expresa Almeida. “La promesa de futuro rendimiento y las perspectivas de empleo son un incentivo para que el país siga invirtiendo en el sector agrícola”.

Moscas del Mediterráneo recién eclosionadas, listas para la suelta. (Fotografía: AGROCALIDAD)

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