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Los países de América Latina luchan contra la plaga del gusano barrenador mediante un proyecto del OIEA

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Intercambio de opiniones en un centro de investigación gestionado por el Secretariado Uruguayo de la Lana, acerca de los métodos para combatir el gusano barrenador del Nuevo Mundo, comprendida la técnica de los insectos estériles (TIE). (Fotografía: OIEA)

Los países de América Latina han empezado a colaborar con el OIEA y sus asociados a fin de evitar la reintroducción del gusano barrenador del Nuevo Mundo en el norte y el centro del continente, de donde está erradicado, y crear capacidad para reducir y acabar erradicando esta plaga de insectos en algunas regiones de América del Sur y el Caribe.

El gusano barrenador afecta tanto a la producción pecuaria como a la salud humana. Con la ayuda de técnicas nucleares, y para dar respuesta a este problema, se ha puesto en marcha un nuevo proyecto organizado por el OIEA en cooperación con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) y la Comisión Panamá-Estados Unidos para la Erradicación y Prevención del Gusano Barrenador del Ganado (COPEG).

Este nuevo proyecto se centrará en fortalecer los sistemas de vigilancia con fines de detección temprana de plagas, respuesta a emergencias en caso de brotes en zonas libres del gusano barrenador y creación de capacidad para la reducción progresiva y la erradicación de plagas mediante un enfoque integral denominado gestión zonal de plagas de insectos. Dicho enfoque se aplica a toda la población de un insecto presente en una amplia zona e incluye la técnica de los insectos estériles (TIE), que consiste en esterilizar por medio de la radiación a un gran número de moscas macho en una instalación de cría en masa antes de soltarlas en la naturaleza, donde se aparearán sin dejar descendencia. Con el tiempo, la población de la plaga se reduce y puede acabar siendo eliminada.

Aunque la combinación de la TIE con otros métodos como parte de un enfoque zonal de gestión de plagas de insectos ha acabado con el gusano barrenador en los Estados Unidos, México y América Central este sigue presente en varias zonas de América del Sur y el Caribe.

En la primera reunión de coordinación del proyecto, celebrada del 19 al 23 de marzo en Montevideo (Uruguay), representantes de varios países de la región presentaron la situación del gusano barrenador y analizaron formas de seguir mejorando los esfuerzos para evitar la aparición de este insecto y luchar contra él. Según explica Walther Enkerlin, entomólogo de la División Mixta FAO/OIEA de Técnicas Nucleares en la Alimentación y la Agricultura, “el plan de trabajo y las actividades se prepararon de conformidad con las diversas necesidades de los países que participan en el proyecto, si bien el control eficaz de la plaga precisa un enfoque regional que tenga en cuenta su naturaleza transfronteriza”.  

La mosca del gusano barrenador pone huevos en las heridas y partes blandas de los animales de sangre caliente, entre ellos el ser humano y animales de granja como las vacas, y ocasionan la enfermedad denominada miasis. Cuando las larvas eclosionan, se alimentan del tejido circundante, provocando úlceras y lesiones que son muy propensas a las infecciones bacterianas y que pueden ser letales si no se tratan. Desde que fuera eliminado de los Estados Unidos, México y América Central, los beneficios económicos derivados de la erradicación del gusano barrenador del Nuevo Mundo ascienden a unos 1300 millones de dólares estadounidenses anuales según la Academia de Ciencias de Nueva York.

Como explica Moisés Vargas, experto internacional en sanidad animal y exfuncionario de la Oficina Regional de la FAO para América Latina y el Caribe, “la TIE ha demostrado ser una técnica muy eficaz, y es importante que ampliemos su aplicación como parte de un enfoque general en América Latina”. “Estamos estableciendo un plan sólido de prevención y control progresivo del gusano barrenador del Nuevo Mundo en toda la región”.

Las próximas etapas del proyecto, que se ejecuta por conducto del programa de cooperación técnica del OIEA, comprenderán el examen y la actualización de una hoja de ruta para el control progresivo del gusano barrenador en la región, la elaboración de un plan estratégico y una evaluación de la viabilidad económica, y la creación constante de capacidad en materia de vigilancia, diagnóstico y respuesta a emergencias en caso de proliferación de plagas en zonas de las que habían desaparecido.

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