Funcionarios del OIEA y de la Autoridad Regulatoria Nuclear de la Argentina examinaron los resultados provisionales del apoyo prestado por el OIEA a la labor realizada en la Argentina para reforzar el marco regulador nuclear nacional en dos esferas:
• El establecimiento de criterios de protección radiológica y de orientaciones reglamentarias sobre la protección radiológica en radioterapia, a fin de abordar en particular el posible aumento del riesgo de segundo cáncer primario; y
• La definición de criterios para regular las concentraciones de radionucleidos en productos básicos alimentarios y no alimentarios en situaciones que no son de emergencia.
“La labor realizada identifica algunas cuestiones clave en la esfera de la seguridad y monitorización radiológicas y resume las consideraciones respecto de posibles medidas reguladoras,” declaró Juan Carlos Lentijo, Director General Adjunto del OIEA y Jefe del Departamento de Seguridad Nuclear Tecnológica y Física.
El Embajador de la Argentina Rafael Mariano Grossi manifestó: “Confiamos en que los documentos científicos sean de utilidad para los miembros del Organismo y para la comunidad internacional en su conjunto. Estamos muy orgullosos de los resultados del análisis que han efectuado científicos y expertos de la Argentina”.
Protección de los pacientes
La propuesta para mejorar la protección radiológica en radioterapia se centra en dos conceptos principales: la exposición no deseada a la radiación en la radioterapia y el posible aumento de tumores malignos primarios atribuibles a la radioterapia. Gracias a las mejoras en el tratamiento del cáncer en general y en la radioterapia en particular, la esperanza de vida de muchos pacientes con cáncer de la Argentina ha aumentado. Conforme se alarga la vida de los pacientes, crece la preocupación por los efectos secundarios diferidos de la radioterapia en otros órganos.
Determinar los niveles de radionucleidos aceptables
La otra propuesta aborda la necesidad de establecer normas sobre los niveles de radionucleidos aceptables en alimentos, agua de bebida y otros productos. Estos valores de referencia responden a las necesidades de la Argentina pero, una vez ultimados, también pueden ser utilizados por reguladores de otros países.