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En pos de un futuro más saludable: Finaliza el Simposio del OIEA sobre el Estudio de la Doble Carga de la Malnutrición

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Para conocer mejor el efecto de la nutrición en la salud nacional, países como Mauricio están empezando a utilizar técnicas nucleares. Este asunto fue tratado en profundidad por expertos en el Simposio sobre el Estudio de la Doble Carga de la Malnutrición.  (Vídeo: Luciana Viegas Assumpcao, Josef Weilguny/OIEA)

Una de cada tres personas en el mundo sufre algún tipo de malnutrición -por ejemplo, obesidad, desnutrición o carencias nutricionales-, que en muchos casos se dan de forma combinada. Según expertos que participaron la semana pasada en el Simposio Internacional sobre el Estudio de la Doble Carga de la Malnutrición en aras de Intervenciones Eficaces, para encontrar soluciones duraderas y sostenibles a este complejo problema hacen falta mejores datos sobre la nutrición y los efectos de las medidas adoptadas, más inversiones específicas y más enfoques integrados a nivel de los gobiernos, el sector comercial, los investigadores y el público. Las técnicas de base nuclear permiten evaluar con exactitud diversos tipos de malnutrición y obtener datos con que fomentar las soluciones prácticas.

“Junto al cambio climático, la alimentaria es la mayor crisis humanitaria a la que nos enfrentamos”, afirma Clemens Auer, Enviado Especial para la Salud del Ministerio Federal de Trabajo, Asuntos Sociales, Salud y Protección del Consumidor de Austria. “Es fabuloso que las Naciones Unidas la hayan incluido en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), pero los encargados de formular políticas tienen que comprender también la fragmentación, los determinantes e intereses comerciales y enfrentarse al sector industrial, por ejemplo, la industria de productos alimenticios y bebidas”.

Todos los países del mundo se ven afectados al menos por un tipo de malnutrición, y una cuarta parte sufre la “doble carga” de este trastorno, que es como se conoce una situación compleja en que la inseguridad alimentaria, la carencia de micronutrientes, la desnutrición y las enfermedades infecciosas conviven con el sobrepeso, la obesidad y otras enfermedades no transmisibles (ENT) conexas a nivel nacional, comunitario e, incluso, personal.

En 2017 había 151 millones de niños menores de cinco años con problemas de crecimiento (22,2 %), 51 millones con desnutrición aguda (7,5 %) y 38 millones con sobrepeso (5,6 %).

“La malnutrición, en todas sus formas, es con diferencia la principal causa de muerte prematura y de discapacidad. A pesar de las mejoras que se están produciendo a nivel mundial, estas son lentas”, explica Boyd Swinburn, Profesor de Nutrición de la Población y Salud Mundial de la Universidad de Auckland (Nueva Zelandia).

En el simposio, de cuatro días de duración, participaron más de 450 científicos, profesionales de la salud y la nutrición, encargados de elaborar políticas y representantes de organizaciones internacionales, organizaciones no gubernamentales y la sociedad civil. Fue la primera vez que el OIEA, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) aunaron esfuerzos para organizar una importante conferencia sobre la forma de hacer frente a la doble carga de malnutrición.

    Sesión de apertura del Simposio Internacional del OIEA sobre el Estudio de la Doble Carga de la Malnutrición en aras de Intervenciones Eficaces. (Fotografía: D. Calma/OIEA)

    En los debates, las presentaciones y las sesiones con carteles se examinó de manera global y en profundidad la lucha contra la malnutrición desde cinco ángulos: la epidemiología, la biología, la evaluación, las intervenciones y las consecuencias en materia de política. También se analizó el papel de las organizaciones internacionales y de iniciativas mundiales, como el Decenio de las Naciones Unidas de Acción sobre a la Nutrición, y la importancia de fomentar medidas colectivas a nivel de organizaciones, países y comunidades para intensificar la lucha contra la malnutrición.

    Como afirma Lawrence Haddad, Director Ejecutivo de la Alianza Mundial para Mejorar la Nutrición (GAIN) y ganador en 2018 del Premio Mundial de la Alimentación, “el liderazgo colectivo ha mejorado en los últimos cinco años y ha llegado la hora de dar el siguiente paso”. El Sr. Haddad explicó la forma en que las organizaciones de las Naciones Unidas, como el OIEA, el UNICEF y la OMS, pueden colaborar con los países en el establecimiento y el logro de metas para apoyar las estrategias nacionales y el movimiento Fomento de la Nutrición, una iniciativa de colaboración mundial para mejorar la nutrición.

    “Tenemos que formar la próxima generación, salir y contarle a la gente lo que significan los artículos científicos y lo que cada uno puede hacer para actuar conforme a ellos”. “Tenemos que levantarnos y unirnos; más aún, tenemos que conseguir adeptos a nuestra causa”, abunda el Sr. Haddad.

    Las metas y las medidas colectivas para el futuro fueron el denominador común del simposio. Las presentaciones y las sesiones de trabajo ofrecieron a los participantes la posibilidad de determinar medidas concretas, conocer nuevos medios de evaluación y debatir sobre oportunidades y medidas estratégicas, así como de definir la forma de cuantificar la malnutrición y evaluar el efecto de las intervenciones mediante los isótopos estables, por ejemplo.

    “Las técnicas de isótopos estables pueden ser útiles para evaluar y supervisar los programas de nutrición existentes. Podemos diseñar y poner en práctica un gran número de intervenciones, pero si no disponemos de un método fiable de evaluación, ¿cómo vamos a saber si funcionan?”, razona May Abdel‑Wahab, Directora de la División de Salud humana del OIEA. “El OIEA hace frente a muchos de los tipos de malnutrición impulsando el uso de técnicas de isótopos estables en los Estados Miembros. Es una pieza importante del rompecabezas y puede contribuir también a respaldar otros programas e iniciativas, como los programas de la OMS y el UNICEF sobre el terreno”.

    Al clausurar el simposio, los participantes establecieron medidas para el futuro que se hacían eco de las conclusiones alcanzadas durante la semana y entre las que figuran las siguientes:

    • la creación de alianzas interdisciplinares y entre distintas partes interesadas;
    • las iniciativas para desmitificar la nutrición entre la población y otros sectores, y
    • la colaboración con los jóvenes para fomentar la concienciación.

    Nuevos recursos sobre nutrición: la base de datos del OIEA y el Informe de la Nutrición Mundial de 2018

    Paralelamente a la conferencia, el OIEA presentó una nueva base de datos sobre mediciones del consumo energético en los últimos treinta años. Los datos, obtenidos mediante una técnica de isótopos estables que se denomina método del agua doblemente marcada, ayudarán a los investigadores a examinar la influencia que los modos de vida cada vez más sedentarios tienen en las necesidades alimentarias y contribuirán a que los países elaboren mejores políticas sanitarias para combatir la creciente epidemia mundial de obesidad. Aquí encontrará más información sobre la base de datos del OIEA.

    El Informe de la Nutrición Mundial de 2018, presentado en 19 eventos en todo el mundo, entre los que se incluye la conferencia de la semana pasada, complementa la base de datos. Se trata de una publicación basada en datos relativa al estado de la malnutrición en el mundo que ha sido realizada por el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias. En él figuran evaluaciones mundiales, regionales y por países en materia de nutrición y las iniciativas que se están llevando a cabo para mejorarla. También recoge los progresos habidos en cuanto a las metas mundiales de nutrición e indica medidas para acelerar esos progresos. El OIEA forma parte del grupo de partes interesadas que respaldan la producción de la publicación.

    Durante la preparación de la conferencia, se presentó también un concurso de vídeos a fin de familiarizar al público con la malnutrición y fomentar la participación, para lo cual se lanzó la siguiente pregunta: “Si tuviera la ocasión, ¿qué haría para combatir la doble carga de la malnutrición mediante un método de base científica?” El cortometraje ganador, proyectado en la sesión de clausura del simposio, es obra de Daniela Garza, Lorena Lee y Viviana Torres, estudiantes de la Universidad de Monterrey (México), que han plasmado la investigación que llevan a cabo sobre la obesidad y la anemia en adolescentes mexicanas como ejemplo de la coexistencia de muchas formas de malnutrición. En él se propone unificar las iniciativas científicas de diversas disciplinas y crear políticas públicas más sólidas para hacer frente a la malnutrición.

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