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Cómo ganar la batalla contra la erosión del suelo — Las ciencias nucleares ayudan a los agricultores de Marruecos

Artículo del Boletín del OIEA
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El hijo del agricultor El Haj Abdeslam conduce un tractor para ayudar en las labores agrícolas mientras los científicos toman muestras del suelo de los campos. (Fotografía: R. Moussadek/INRA)

El agricultor El Haj Abdeslam y sus tres empleados llevaban años luchando contra la erosión que barría el fértil suelo en que se asientan sus cultivos, llevándose también consigo sus ingresos.

“Año tras año, la erosión del suelo empobrecía mis tierras y mermaba con ello la productividad de mi granjaˮ, explica el Sr. Abdeslam, cuyas 5 hectáreas de explotación garbancera y cerealera son su única fuente de ingresos y sustento de los siete miembros de su familia. “Desde que los científicos me ayudaron a conservar el suelo, mi granja produce entre un 20 y un 30 % más con menos aportaciones, y mis ingresos han aumentadoˮ.

Los científicos emplean técnicas de cuantificación de radionucleidos procedentes de precipitación radiactiva y de isótopos estables por compuesto (véase el recuadro “Base científica”) para descubrir las áreas más propensas a la erosión y evaluar la eficacia de diversos métodos de conservación. La técnica fue introducida como respuesta a la pérdida anual de más de 100 millones de toneladas de suelo en Marruecos. 

Los científicos toman muestras de suelo como parte del estudio de los lugares más vulnerables a la erosión con empleo de técnicas nucleares. (Fotografía: INRA)

“Una vez localizadas las zonas más vulnerables a la erosión, procedimos a ensayar varios métodos de conservación del suelo con uso de técnicas nucleares para saber cómo mejorar la situación. Adaptamos y combinamos diferentes métodos que se vienen utilizando en todo el mundo para determinar cuál funcionaba mejor en las condiciones ambientales y agrícolas de Marruecosˮ, explica Moncef Benmansour, Jefe de la División de Agua, Suelo y Clima del Centro Nacional de Energía, Ciencias y Tecnologías Nucleares (CNESTEN).

Más del 40 % de la superficie total de tierras de Marruecos sufre erosión del suelo a consecuencia de la deforestación, el pastoreo excesivo y el uso de técnicas de cultivo deficientes. El problema se ve agravado por condiciones climáticas adversas como largos periodos de sequía y breves intervalos de lluvias intensas. El abrupto relieve esculpido en el paisaje del país no hace más que empeorar la situación para las tierras y los agricultores.

La explotación del Sr. Abdeslam, por ejemplo, se encuentra en una pendiente con una inclinación del 10-15 %, lo que hace que las precipitaciones arrastren más fácilmente el suelo, en especial la capa fértil superior.

El nuevo método de conservación combina el cultivo de cereales sin laboreo y la plantación de árboles frutales e hileras de arbustos. El cultivo sin laboreo, o por siembra directa, ayuda a mantener el suelo intacto, en lugar de cavarlo o removerlo como se hace al usar el arado. Las raíces y residuos como los tallos y hojas de las plantas seleccionadas mejoran la estructura del suelo y su estado general de salud, lo cual ayuda a mantenerlo en su lugar en esas escarpadas colinas.

“En la región de Tánger-Tetuán y en la de Casablanca-Setta hemos reducido la pérdida de suelo en un 40 % y un 60 % respectivamenteˮ, señala el Sr. Benmansour. “El Ministerio de Agricultura y el Alto Comisionado para el Agua, los Bosques y la Lucha contra la Desertificación están utilizando los resultados y métodos del proyecto para extender este sistema de conservación del suelo a un mayor número de agricultores de todo el paísˮ.

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