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Se agilizan las exportaciones de fruta fresca a China desde lugares de la Argentina reconocidos recientemente como áreas libres de moscas de la fruta

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Regional projects: RLA 5070 and RLA 5082

Con la ayuda de técnicas nucleares, China ha reconocido algunos lugares de la Argentina de cultivo de frutas de hueso y de semilla como zonas sin mosca de la fruta. (Fotografía: E. Rial, Los Antiguos)

En lo que se prevé que sea un importante estímulo a la exportación de frutas argentinas para las que hay nichos de mercado, China ha reconocido algunos lugares de cultivo de cerezas y otras frutas de hueso y de pepitas como áreas libres de moscas de la fruta, posibilitando así las exportaciones al mayor mercado de alimentos frescos del mundo. Este resultado se ha obtenido con ayuda de las técnicas nucleares, gracias al apoyo del OIEA en colaboración con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Como explica Carlos Paz, Presidente de la Organización Nacional de Protección Fitosanitaria de la Argentina (SENASA), “se trata de una importante oportunidad para todos los productores y exportadores de fruta de la Argentina que tratan de posicionarse en el mercado chino, con un interés especial en las cerezas, que pueden enviarse directamente por vía aérea y reducir plazos y costos”. Los Estados Unidos y Chile han hecho un reconocimiento similar. Esto significa que, para ser exportada, ya no es necesario someter la fruta fresca a los costosos y largos tratamientos poscosecha.

En la temporada de crecimiento 2019-2020, la Argentina exportó 5600 toneladas de cerezas, lo que supone ingresos por valor de 27,2 millones de dólares de los EE.UU. Según Aníbal Caminiti, Gerente Ejecutivo de la Cámara Argentina de Productores de Cereza Integrados (CAPCI), las exportaciones a China representaron una tercera parte de esta cifra.

El reconocimiento de estos nuevos lugares como áreas libres de moscas de la fruta es el resultado de la prolongada y eficaz labor llevada a cabo por el SENASA a través del Programa Nacional de Control y Erradicación de la Mosca de los Frutos (PROCEM), en colaboración con los productores de fruta. La cooperación con el OIEA, en el marco del programa de cooperación técnica, comprendió la transferencia de tecnología para apoyar la aplicación de la técnica del  insecto estéril (TIE).

“Este es un ejemplo de la forma en que el programa de cooperación técnica del OIEA ayuda a los países mediante la transferencia de tecnología nuclear para generar un efecto positivo en muchas esferas pertinentes, impulsando el desarrollo de una economía más resiliente y sostenible y, a la vez, protegiendo a la población y el medio ambiente”, afirma Luis Longoria Gándara, Director de la División de Cooperación Técnica para América Latina y el Caribe.

Los programas de control de la mosca del Mediterráneo (Ceratitis capitata) comenzaron en la década de 1990 en la Argentina, en la región de la Patagonia y en Oasis Norte, Oasis Centro y Oasis Sur, en la provincia de Mendoza. Las misiones de expertos, las capacitaciones y la transferencia de tecnología hicieron posibles el desarrollo y la aplicación de una gestión integrada zonal de plagas en la que la TIE es uno de los componentes. Esto, a su vez, dio lugar al establecimiento de áreas sin moscas de la fruta y a la reducción de los tratamientos poscosecha. Esos tratamientos, que suelen ser un requisito del país importador, son una forma de reducir al mínimo la aparición de plagas y suponen un paso y costos adicionales tras la recolección. Mediante la TIE, técnica que utiliza la irradiación para esterilizar insectos macho criados en masa a fin de que no puedan dejar descendencia y reducir así su población con el paso del tiempo, se ha atenuado la necesidad de tratamientos poscosecha.

Para seguir estando libre de plagas, la suelta de moscas del Mediterráneo estériles dos veces por semana se complementa, entre otras medidas de control, con la utilización de cebos insecticidas respetuosos con el medio ambiente y la retirada de frutas de lugares que presentan un elevado riesgo de aparición de moscas de la fruta debido a la circulación de personas y mercancías. La última medida en este sentido es el establecimiento de controles de cuarentena en los que se efectúan registros de todos los vehículos privados y de carga que entran en las áreas protegidas.

La Dirección General de Aduanas de la República Popular China realizó tres visitas técnicas en 2018 y 2019 para verificar el estado fitosanitario de esas áreas. No pueden darse casos de plagas para que el área se considere libre de moscas de la fruta. Se determinó que la región de la Patagonia y Oasis Centro y Oasis Sur, en la provincia de Mendoza, cumplían los requisitos necesarios para poder considerarse áreas libres de moscas de la fruta y que no era preciso seguir aplicando el tratamiento poscosecha, utilizado para prevenir problemas de plagas. Esto significa que, una vez recolectada e inspeccionada, la fruta puede exportarse.

No obstante, no pueden perderse este reconocimiento recién adquirido ni la condición de área libre de moscas de la fruta. Para detectar la C. capitata y Anastrepha fraterculus (mosca sudamericana de la fruta) — especies presentes en las regiones centrales y septentrionales del país— y otras especies no nativas de mosca de la fruta, se ha puesto en funcionamiento una red de vigilancia que consta de 4740 trampas de moscas de la fruta. Además, se recogen e inspeccionan muestras de fruta sobre el terreno, en mercados grandes y pequeños y en puntos designados de control de cuarentena ubicados a lo largo de la ruta que siguen las frutas hasta los mercados.

“La instalación de amplias redes de trampas es un requisito del importador para poder supervisar la situación de las plagas en esas áreas”, explica Walther R. Enkerlin Hoeflich, entomólogo de la División Mixta FAO/OIEA de Técnicas Nucleares en la Alimentación y la Agricultura. “No deben producirse capturas y, de encontrarse moscas en las trampas, ha de haber una respuesta de emergencia para erradicar el brote”.

Ahora que estos lugares han sido reconocidos como áreas libres de plagas gracias a la utilización de la TIE y de medidas de control complementarias, las exportaciones de frutas de hueso y de pepitas se han agilizado. “Con unas 2000 hectáreas dedicadas a la producción de cerezas en el área sin moscas de la fruta de la región de Patagonia y en Oasis Centro y Oasis Sur, en la provincia de Mendoza, esta acreditación es clave para el éxito de la industria”, afirma el Sr. Caminiti en un momento en que el mercado argentino de exportaciones de frutas para las que hay nicho de mercado parece preparado para expandirse en China, el mayor mercado de alimentos frescos del mundo.

Gracias a la acreditación, la fruta de zonas sin mosca de la fruta puede, una vez recolectada e inspeccionada, exportarse sin necesidad de ser sometida a tratamientos poscosecha. (Fotografía: F. Lepron, Valle Medio)

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