El nitrógeno es el componente clave de todos los sistemas de producción agrícola, pero si se utiliza de forma inadecuada puede contaminar el agua, causar emisiones de gases de efecto invernadero y acelerar más el cambio climático. La capacidad de rastrear el nitrógeno conforme se mueve a través de los ecosistemas agrícolas es esencial, por consiguiente, para usarlo en la máxima medida y proteger el medio ambiente. El nitrógeno 15, un isótopo estable del nitrógeno, es un trazador ideal. Se puede medir fácilmente en suelos, plantas, el agua y el aire, tanto en laboratorio como en la naturaleza, para rastrear el destino de los fertilizantes nitrogenados en suelos, plantas y el medio ambiente a fin de asegurar que las prácticas agrícolas sean ambientalmente sostenibles, cuantificar la eficiencia con que las plantas usan el fertilizante nitrogenado aplicado, de manera que los agricultores puedan reducir al mínimo la cantidad que aplican, y determinar cuánto nitrógeno capturan de la atmósfera los cultivos de legumbres, lo que mejora la fertilidad del suelo y reduce la necesidad de fertilizantes químicos.