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La ciencia nuclear al servicio de la evaluación de los efectos del cambio climático y de la contaminación en la vida marina de Kuwait

Michael Madsen, Rakelle Arab

El investigador Saif Uddin utiliza técnicas nucleares para comprender mejor el impacto directo del cambio climático en el crecimiento de los organismos marinos. (Fotografía: KISR)

Entre especias aromáticas y frutas importadas, en el mercado de Souk Sharq se exponen alimentos de origen marino como pargos, meros y lisas. Allí, en el corazón de la ciudad de Kuwait, se vende desde hace décadas pescado recién capturado en el golfo Arábigo. Como todos los mercados de animales vivos, este paraíso atemporal de compradores y vendedores debe hacer frente al riesgo permanente de contaminación de los alimentos. A medida que se agudiza el cambio climático, crece la preocupación por el aumento de la temperatura y la acidez de las aguas que afecta al crecimiento y la salud de los peces, así como por el modo en que los contaminantes afectan a las redes alimentarias y repercuten en la inocuidad de los alimentos de origen marino. Los métodos nucleares son una herramienta única que permite a los investigadores averiguar si estas preocupaciones están justificadas.

Saif Uddin, del Instituto de Investigación Científica de Kuwait (KISR), es uno de ellos. Su instituto se ha asociado con el OIEA para estudiar los efectos de las emisiones de gases de efecto invernadero y el cambio climático (como la acidificación de los océanos y el calentamiento de las aguas) en la vida marina mediante técnicas nucleares.

“Se sabe y se entiende que el cambio climático afecta a la vida marina, pero no está claro hasta qué punto”, afirma el Sr. Uddin. “Estudiar el modo en que se absorben determinados isótopos en los animales puede darnos respuestas y ayudar a las autoridades a planificar mejor cómo abordar posibles problemas”. Los isótopos de un elemento químico se identifican por el número de protones que tienen. Al medir las proporciones de varios isótopos de un elemento en una muestra, los investigadores pueden estudiar cómo un organismo absorbe las sustancias químicas y los compuestos.

Estudiar el modo en que se absorben determinados isótopos en los animales puede darnos respuestas y ayudar a las autoridades a planificar mejor cómo abordar posibles problemas.
Saif Uddin, Instituto de Investigación Científica de Kuwait (KISR)

Con el apoyo del OIEA, el KISR está desarrollando metodologías y creando técnicas para realizar experimentos que estudien los isótopos del cobre, el mercurio y el polonio. Estos metales son motivo de preocupación pública, ya que pueden tener efectos graves para la salud cuando se acumulan en concentraciones elevadas en el medio ambiente y en los alimentos de origen marino. A través del estudio de los isótopos de los metales y las tasas de asimilación en los distintos tejidos de los organismos marinos, los expertos del KISR pueden rastrear el origen de estas sustancias químicas y determinar así la causa concreta de la contaminación. También pueden evaluar cómo se desplazan estos contaminantes por los ecosistemas costeros y marinos cuando cambian las condiciones climáticas y medioambientales.

“Preocupa que el aumento de la temperatura y la acidez del agua haga que la vida marina absorba más contaminantes y que éstos se acumulen en los alimentos de origen marino. Para averiguarlo hemos utilizado técnicas nucleares", explica el Sr. Uddin. Con la ayuda de radiotrazadores descubrió que la acidificación de los océanos no afecta a la captación de polonio en los copépodos, una subclase de crustáceos microscópicos importantes para la red alimentaria oceánica, pero afirma que sí podía afectar a la captación de otros metales: “Creemos que la acidificación de los océanos podría afectar a la captación de plomo y zinc, ya que el zinc se utiliza en el crecimiento de los organismos, pero para el resto de los metales no hemos observado un aumento notable de la captación”.

Comprender el efecto del clima en la vida marina

Los copépodos son una subclase de crustáceos microscópicos importantes para la red alimentaria del océano. (Fotografía: Adobe Stock)

Más allá del estudio de los contaminantes marinos, el Sr. Uddin afirma que las técnicas nucleares también desempeñan un papel clave en nuestra capacidad para comprender mejor cómo el cambio climático afecta directamente al crecimiento de los organismos marinos. En otro estudio sobre copépodos, el Sr. Uddin aumentó paulatinamente la acidez y la temperatura del agua durante un año. Descubrió que los copépodos fueron capaces de adaptarse a las condiciones cambiantes a lo largo de 14 generaciones.

En otro estudio, el Sr. Uddin crió gambas en condiciones de agua cada vez más ácida, similares a las modelizadas en escenarios avanzados de cambio climático. Utilizó un radiotrazador, el calcio 45, para determinar cómo afecta la acidificación de los océanos a la transparencia de los exoesqueletos de las gambas, un indicador de su salud. El Sr. Uddin descubrió que, si bien el tamaño de las gambas no variaba de generación en generación, eran menos eficientes y consumían el doble de alimento para alcanzar su peso habitual.

“Lo que estamos viendo no es todo catastrófico para la vida marina si los efectos del cambio climático se producen durante un lapso lo suficientemente prolongado. En nuestros estudios observamos que los copépodos y las gambas se adaptan al cambio climático a medida que pasan las generaciones”, afirma el Sr. Uddin.

Colaboración por el océano

Los estudios del Sr. Uddin sobre el cambio climático comenzaron en 2020 pero el OIEA lleva más de 10 años de colaboración estrecha con el KISR. Gracias a su experiencia en el uso de técnicas nucleares para estudiar el medio ambiente, el instituto es un polo de investigación de vanguardia en la región y ha sido designado como centro colaborador del OIEA para el uso de técnicas nucleares e isotópicas a fin de fomentar las ciencias costeras y marinas. Se están planeando más proyectos conjuntos entre el KISR y el OIEA, con especial atención a la colaboración con otros países de la región, y estudios que exploren el impacto de la contaminación por plásticos en la vida marina.

“Las aguas cálidas del golfo constituyen uno de los bancos de pruebas más interesantes para lo que sucederá en los próximos años a medida que avanza el cambio climático”, afirma Marc Metian, investigador de los Laboratorios del OIEA para el Medio Ambiente Marino en Mónaco. El Sr. Metian apoya al Sr. Uddin en la coordinación de las actividades del centro colaborador y en la divulgación de sus resultados entre otros investigadores y órganos científicos de todo el mundo. “En su región, el KISR es líder en el uso de herramientas nucleares e isotópicas para la investigación marina, y a escala mundial sus hallazgos pueden ayudar a informar a los responsables de la toma de decisiones sobre cómo se adaptará la vida marina al calentamiento de las aguas y la acidificación de los océanos”, afirma el Sr. Metian.

Como centro colaborador, y a través del programa de cooperación técnica del OIEA, el KISR trabaja para ayudar a los países vecinos del golfo a comprender mejor las respuestas ecológicas del mar al cambio climático. El centro colaborador también forma parte de la red interregional del OIEA para la recopilación de datos de alta calidad sobre la acidificación de los océanos, que se utilizan para apoyar la elaboración de estrategias de adaptación al cambio climático y para mitigar sus efectos.

12/2022
Vol. 63-4

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