Si se impulsa el rendimiento de los cultivos en las tierras agrícolas, los agricultores pueden alimentar a más personas y evitar al mismo tiempo la deforestación, el incremento de las emisiones de GEI y el empobrecimiento de los recursos naturales edáficos e hídricos. Una posible solución en ese sentido sería servirse de una técnica de isótopos estables basada en el nitrógeno 15 para medir cómo absorben las plantas el nitrógeno, uno de los principales nutrientes para un crecimiento óptimo. De esa manera, los agricultores pueden utilizar menores cantidades de abono nitrogenado de forma más selectiva y eficiente, y reducir así las emisiones de GEI y aumentar el rendimiento de los cultivos.
En el marco de un reciente proyecto del OIEA, agricultores de Burundi, Ghana, Nigeria, la República Centroafricana, la República Democrática Popular Lao, Rwanda y Zimbabwe pudieron duplicar y triplicar sus cosechas de mandioca aplicando prácticas agrícolas climáticamente inteligentes.
“No hay quien visite mi hacienda y vea cómo cultivo y produzco mandioca que no se emocione —dice Theogene Ntakarutimana, un agricultor de Burundi que, en 2016, empezó a cultivar mandioca con métodos mejorados gracias a la ciencia nuclear y técnicas afines—. Antes el rendimiento era bajo, de unas 11 toneladas por hectárea, pero gracias a las prácticas mejoradas la producción ha aumentado a 30 toneladas por hectárea o, a veces, 33 toneladas”.
En el marco de este proyecto se capacitó a los agricultores en el uso del nitrógeno 15, un isótopo estable del nitrógeno con el que es posible medir cómo absorben las plantas de mandioca el abono nitrogenado añadido y hacer un seguimiento de la cantidad de nitrógeno absorbido. Asimismo, se les impartió capacitación en técnicas isotópicas para determinar con precisión el agua que necesita la mandioca, así como en técnicas de gestión de plagas y mejora del suelo.
Algunas soluciones para afrontar este desafío se encuentran en la agricultura climáticamente inteligente, entre cuyas prácticas figura la monitorización de la humedad del suelo. Los sensores de humedad proporcionan información crucial a los agricultores y los ayudan a gestionar mejor su consumo de agua. En un reciente proyecto en Etiopía se utilizaron sondas de neutrones de rayos cósmicos para medir la humedad del suelo. Esas sondas reciben los rayos cósmicos entrantes y proporcionan datos que pueden utilizar los agricultores. En Namibia, un país con precipitaciones impredecibles y episodios de sequía grave, el OIEA ha podido ayudar a los agricultores a aplicar técnicas precisas de riego por goteo, gracias a las cuales su uso del agua es un 80 % más eficiente y el rendimiento de los cultivos, al mismo tiempo, no deja de crecer.