Durante sus estudios universitarios en el Instituto Estatal de Relaciones Internacionales de Moscú, Inna Rodina oyó hablar de las iniciativas globales centradas en prevenir la propagación de armas nucleares y de la cooperación internacional en los usos pacíficos de la energía nuclear. Decidida a perseguir su sueño de hacer del mundo un lugar más seguro y más pacífico, se puso manos a la obra.
En 2019 se matriculó en un programa de maestría en estudios de no proliferación y terrorismo en el Instituto de Estudios Internacionales de Middlebury en Monterrey (Estados Unidos de América), haciendo malabarismos para trabajar al mismo tiempo y poder mantenerse económicamente. Todo cambió cuando una persona de su entorno le habló de una beca destinada a mujeres que realizan estudios en el ámbito nuclear. Envió su candidatura y resultó ser una de las 100 beneficiarias de la nueva beca del OIEA concedida en el marco del Programa de Becas “Marie Skłodowska-Curie”, puesto en marcha el año pasado.
Posteriormente, en junio de este año, Inna fue la primera beneficiaria de la beca en graduarse. Su tesis de maestría, Los usos pacíficos de la energía nuclear: perspectivas, desafíos y modelos jurídicos de la cooperación rusa con Oriente Medio, se basa en la investigación que llevó a cabo durante sus estudios y en la información obtenida de algunos de los especialistas nucleares más destacados del mundo, a los que tuvo acceso durante el Programa.
“Gracias a la beca tuve la oportunidad de concentrarme en estudiar en lugar de estar pensando en cómo ganar dinero para pagar el alquiler —explica la joven de 23 años—. Pude dedicarme de lleno a mis estudios y al trabajo de investigación, mis resultados académicos fueron excelentes y logré que me publicaran varios artículos de investigación”. Las 100 beneficiarias de la beca en 2020 procedían de 71 países y realizaban estudios en varias disciplinas tradicionalmente dominadas por hombres, desde ingeniería y operaciones nucleares hasta medicina nuclear y protección radiológica.
“Tener buenos conocimientos sobre los procesos relacionados con la energía nuclear no solo ofrece muchas salidas profesionales, sino también competencias para hacer cambios reales y contribuir a un mundo mejor para todos —afirma Inna—. En mi opinión, la situación actual es diferente a la de hace tan solo unos años: las mujeres que sienten verdadera pasión por temas relacionados con el ámbito nuclear se encuentran con muchísimos menos obstáculos para hacer realidad sus sueños y llegar a ser especialistas nucleares”.
En los próximos meses, Inna se incorporará al Departamento de Salvaguardias del OIEA para cursar una pasantía. Tiene pensado buscar oportunidades en la industria que le permitan adquirir más experiencia antes de dar un salto en su carrera profesional y entrar a formar parte de una institución internacional para dar respuesta a cuestiones urgentes a escala global, como la amenaza de proliferación de las armas de destrucción masiva y el extremismo violento.