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Una nueva alternativa para el tratamiento del cáncer: la braquiterapia guiada por imágenes

Artículo del Boletín del OIEA
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Por medio de imágenes médicas detalladas, los profesionales de la salud pueden distinguir entre tumores y tejidos y órganos sanos, lo que garantiza que las fuentes radiactivas se apliquen correctamente.

(Fotografía: Auna Oncosalud)

Los avances tecnológicos han ayudado a allanar el camino para técnicas como la braquiterapia guiada por imágenes (IGBT), que llevan a mejores desenlaces clínicos y ofrecen una mejor calidad de vida a los pacientes.

“La IGBT es un método muy personalizado y específico para tratar el cáncer que puede ayudar a mejorar la tasa de supervivencia de muchos tipos de carcinomas y disminuir el riesgo de complicaciones”, afirma Gustavo Sarria Bardales, Director Médico del Departamento de Radioterapia del hospital Oncosalud-Auna, en el Perú. “Frente al aumento de los casos de cáncer en todo el mundo, la IGBT ofrece un tratamiento seguro, eficaz y de calidad contra algunos carcinomas frecuentes, como el de mama, el de próstata y el cervicouterino. Los nuevos avances y la aplicación de esta tecnología suponen una gran oportunidad para ponerlo a disposición de más pacientes y brindarles un tratamiento eficaz”.

Si bien la braquiterapia, un tipo de radioterapia interna que utiliza fuentes radiactivas, ha sido frecuentemente utilizada como tratamiento para muchos cánceres durante más de un siglo, apenas hace 15 años que contamos con la IGBT gracias a los avances en las esferas de la imagenología médica, la planificación del tratamiento y la administración de la dosis.

La finalidad de la IGBT es potenciar la dosis de radiación que se aplica a las células cancerosas para destruirlas y, a la vez, reducir al mínimo la exposición de las células sanas adyacentes. Este procedimiento utiliza imágenes médicas tridimensionales detalladas para registrar los cambios de volumen de los órganos a fin de ajustar y optimizar la braquiterapia a las necesidades de los pacientes. Las imágenes muestran el tamaño y la localización exactos de los tumores y los órganos conexos, por lo que el equipo de atención de salud puede planificar y colocar de manera segura las fuentes radiactivas para el tratamiento directamente junto a la neoplasia o en su interior. Las fuentes pueden colocarse de manera temporal, por medio de aplicadores extraíbles que las contienen, o permanente, gracias a las fuentes llamadas “semillas” que permanecen dentro del cuerpo indefinidamente; con el paso del tiempo, las semillas dejan de ser radiactivas y se vuelven inocuas.

Para tratar determinados tipos de cáncer, como el cervicouterino, la IGBT se combina con radioterapia externa; sin embargo, en el caso de otras neoplasias, como el cáncer de mama o de próstata, la IGBT se puede utilizar como tratamiento único. Gracias a la IGBT es posible utilizar dosis de radiación más altas para tratar directamente un tumor, lo que significa que los tejidos sanos reciben una menor dosis de radiación, ya que las fuentes se colocan directamente dentro del tumor o junto a él.

Sin embargo, para colocar las fuentes dentro del cuerpo de un paciente es necesario contar con conocimientos especializados en numerosas disciplinas, como la cirugía, la imagenología y la delimitación, y la planificación del tratamiento, explica Alfredo Polo Rubio, radioncólogo del OIEA. “No se trata de un procedimiento único que funcione igual en todos los casos, ya que el cuerpo de cada paciente y cada tumor son distintos, y la braquiterapia es un tipo de tratamiento personalizado. La combinación de braquiterapia e imagenología permite que el equipo de atención de salud tenga una mejor idea de la situación del tumor y los órganos circundantes, lo que facilita la colocación de las fuentes radiactivas, la valoración de la respuesta del tumor y un ajuste más exacto de las dosis de radiación”.

Solíamos estar limitados a la braquiterapia convencional con imágenes bidimensionales y tridimensionales. Ahora hemos comenzado a utilizar la IGBT y habrá que esperar para descubrir el pleno efecto de su uso.
Gustavo Sarria Bardales, Director Médico, Departamento de Radioterapia, Auna-Oncosalud (Perú)

La braquiterapia consiste en colocar fuentes radiactivas dentro del cuerpo por medio de instrumentos como cables, sondas o agujas.

(Fotografía: Auna Oncosalud)

Aunque se considera que la IGBT es rentable debido a su alta tasa de éxito, sigue siendo una alternativa costosa. La técnica requiere equipo y programas informáticos caros para llevar a cabo el plan de tratamiento personalizado, además de un equipo de especialistas altamente cualificados integrado por oncólogos, dosimetristas y radioterapeutas, y, en algunos casos, cirujanos, que ayuden a colocar los aplicadores en el cuerpo del paciente.

Muchos países de todo el mundo están colaborando con el OIEA para desarrollar sus servicios de tratamiento oncológico y, cuando estén listos, ofrecer métodos innovadores como la IGBT. Por medio de proyectos coordinados de investigación y de cooperación técnica del OIEA, los expertos reciben capacitación y equipo, así como acceso a redes profesionales para ampliar sus conocimientos especializados. Además, el OIEA ha elaborado directrices y documentos técnicos para apoyar la aplicación de la IGBT y orientar a los profesionales para que pasen de aplicar técnicas simples a aplicar otras más complejas.

Algunos países, como el Perú, están adoptando la IGBT a fin de gestionar la creciente carga del cáncer.

“El cáncer se está convirtiendo rápidamente en la primera causa de muerte en el Perú y las defunciones siguen aumentando”, afirma el Sr. Sarria Bardales. Cada año se diagnostica cáncer a alrededor de 66 000 personas en el Perú. “El sistema de salud no está preparado para una transición epidemiológica de este tipo, por lo que es necesario aplicar soluciones novedosas, como la IGBT”.

El Perú ha colaborado con el OIEA durante más de 30 años para desarrollar sus servicios de oncología. En los últimos cinco años, esta colaboración ha incluido ampliar la capacidad de recursos humanos del Perú en la esfera de la IGBT y poner en contacto a los profesionales peruanos con redes internacionales y expertos en la materia.

“Solíamos estar limitados a la braquiterapia convencional con imágenes bidimensionales y tridimensionales. Ahora hemos comenzado a utilizar la IGBT y habrá que esperar para descubrir el pleno efecto de su uso”, dice el Sr. Sarria Bardales. “Esperamos que, durante el próximo decenio, la IGBT se convierta en un tratamiento habitual para los pacientes con cáncer, ya que es más personalizada y tiene una mayor tasa de éxito, lo que la convierte en una alternativa rentable y conveniente para tratar diversos tipos de neoplasias”.

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