En 2019, 24 años después de que Chile se declarara libre de la mosca del Mediterráneo (moscamed), el país experimentó uno de sus mayores brotes, que costó a la economía aproximadamente 5 millones de dólares de los Estados Unidos. Preocupado por brotes futuros, causados por el desplazamiento de personas y frutas provenientes de países donde la mosca del Mediterráneo está presente, en 2020 el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) de Chile, en colaboración con el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) de la Argentina, el OIEA y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), decidió aplicar la técnica del insecto estéril (TIE) como medida preventiva.
En el norte del país, en Arica, Chile está produciendo moscas estériles que se soltarán sobre las zonas de la Región Metropolitana de Santiago expuestas a brotes. Estas moscas estériles producidas a nivel local se complementan con moscas del Mediterráneo importadas de una instalación de la Argentina. Los insectos estériles se aparean con la población de hembras silvestres y así se reduce el número de crías, lo que conduce a una rápida eliminación gradual. Cuando se utilizan como medida preventiva, eliminan la población emergente apenas aparece.
“Gracias al uso de la TIE con fines de prevención, hemos conseguido reducir en un 60 % el número de brotes y el uso de métodos convencionales nocivos para el medio ambiente, como las aplicaciones químicas”, afirmó Jocelyn Elena Yevenes Flores, Jefa del Subdepartamento del Programa Nacional de Moscas de la Fruta del SAG.
En la Argentina, la TIE se ha aplicado como estrategia preventiva desde 2005. Actualmente, la suelta preventiva de moscas estériles en el país se realiza sobre 34 700 hectáreas, que incluyen áreas libres de moscas de la fruta en Mendoza y la Patagonia. Dos o tres veces por semana, se sueltan entre 1500 y 4500 machos estériles por hectárea. Estas moscas son criadas en masa y esterilizadas en la instalación Santa Rosa del Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria de Mendoza (ISCAMEN) situada en esa ciudad.
Se trata de la mayor instalación de cría en masa de moscas del Mediterráneo en Sudamérica, con una capacidad de producción de 700 millones de moscas macho estériles por semana. Además, un centro de eclosión y suelta de moscas ubicado en el sur de la provincia de Mendoza con capacidad para procesar 500 millones de moscas estériles por semana constituye un eslabón estratégico para suministrar las moscas estériles que se necesitan en Mendoza y la Patagonia.
La aplicación preventiva de la TIE es un mecanismo respetuoso con el medio ambiente que impide la introducción y la propagación inicial de las moscas del Mediterráneo antes de que empiecen a dañar las zonas agrícolas.